Oración
Ven a mi Casa
Domingo 22 octubre 2023
Complejo asistencial Benito Menni, Ciempozuelos (Madrid)
#saludmental #discapacidad
Introducción
En este momento de la tarde, os invitamos hacer silencio, no solo exterior, sino también interior. El espacio que ahora pisamos es lugar sagrado, por lo que significa para nosotros el poder acercarnos a las personas que iniciaron la Congregación, respondiendo a la llamada que sintieron de Dios para entregar sus vidas a las personas con enfermedad mental en el Siglo XIX, una llamada viva y actual hoy en nuestro mundo y que fue una prolongación de hospitalidad iniciada con San Juan de Dios, imitando a Jesús Buen samaritano de la humanidad sufriente.
Dios no llama a los más fuerte, sino que capacita a los que llama.
En este espacio sagrado, os invitamos a disponer nuestro corazón para que sea el Espíritu el que nos ayude a poner ante el Señor aquello que traemos en nuestro corazón, lo que nos ocupa y preocupa, tanto a nivel personal como también familiar, social.
En la serenidad que nos da reconocernos frágiles, vulnerables, sabiéndonos acogidos, sostenidos, queridos por Dios, compartimos palabra y silencio hechos oración.
Todos tenemos una misión. Nuestros fundadores descubrieron a qué realidad les llamaba Dios a amar. Su misión era dignificar la vida de las personas con enfermedad mental en su época. Ellos abrieron camino, pero no para que nos quedáramos pasmados, como quien mira un cuadro sino para aprender, de ellos a vivir la fe.
Invocación al Espíritu Santo
El Espíritu de Dios está en este lugar
El Espíritu de Dios se mueve en este lugar
Esta aquí para consolar
Esta aquí para liberar
Esta aquí para guiar
El Espíritu de Dios está aquí
Muévete en mi, muévete en mi
Toma mi mente y mi corazón
Llena mi vida de tu amor
Muévete en mi, Dios Espíritu,
muévete en mi
Lectura:
Gen. 18, 1-8
El Señor se apareció a Abrahán junto a la encina de Mambré, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda, en lo más caluroso del día. Alzó la vista y vio tres hombres frente a él. Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda, se postró en tierra y dijo:
- «Señor mío, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo. Haré que traigan agua para que os lavéis los pies y descanséis junto al árbol. Mientras, traeré un bocado de pan para que recobréis fuerzas antes de seguir, ya que habéis pasado junto a la casa de vuestro siervo».
- Contestaron: «Bien, haz lo que dices».
- Abrahán entró corriendo en la tienda donde estaba Sara y le dijo:
- «Aprisa, prepara tres cuartillos de flor de harina, amásalos y haz unas tortas». Abrahán corrió enseguida a la vacada, escogió un ternero hermoso y se lo dio a un criado para que lo guisase de inmediato. Tomó también cuajada, leche y el ternero guisado y se lo sirvió. Mientras él estaba bajo el árbol, ellos comían.
Reflexión
Nuestra hospitalidad se inspira en el gesto protagonizado por Abraham en el encinar de Mambré. Tres personas “desconocidas” pasan de camino a la hora en la que sufren el peso del sol que acosa sus vidas y traba sus pasos. Lo hace para que “puedan seguir su camino”. Abrahán reconoce que, al acoger a estas tres personas necesitadas, a quien ha acogido es a Dios mismo.
Esto mismo es lo que hizo Benito Menni; acoger al enfermo en toda su dignidad, y ofrecerle esa asistencia integral. Esto mismo es lo que hicieron San Juan de Dios, San Benito Menni, que junto a Mª Josefa y Mª Angustias, decidieron realizar esa hospitalidad a favor de las personas con sufrimiento y limitación psíquica: Los acogen, curan, cuidan y alientan procurando su salud integral para que puedan proseguir el camino de sus vidas.
Es la llamada que también nos hace en esta tarde a todos nosotros: a identificarnos con él, al estilo del Cristo compasivo y misericordioso del Evangelio, que no dejó indiferente a ninguno de los que pasaron cerca de Él.
Salmo del Buen samaritano
Antífona: El amor no dice basta.
Amor y más amor, que nunca dice basta.
Señor, no quiero pasar de lejos
ante el hombre herido en el camino de la vida.
Quiero acercarme y contagiarme
de tu compasión,
para expresar tu ternura, para ofrecer el aceite
que cura heridas, el vino que recrea y enamora.
Tú, Jesús, Buen Samaritano,
acércate a mí, como hiciste siempre.
Ven a mí para introducirme en la
posada de tu corazón.
Acércate a mí, herido por las flechas de la vida,
por el dolor de tantos hermanos,
por los misiles de la guerra,
por la violencia de los poderosos.
Sí, acércate a mí Buen Samaritano.
Llévame en tus hombros,
pues soy oveja perdida;
carga con todas mis caídas,
ayúdame en todas mis tribulaciones.
Ven, Buen Samaritano,
y haznos tener tus mismos sentimientos,
para no dar nunca ningún rodeo,
ante el hermano que sufre;
sino haznos compañero de sus caminos,
amigos de tus soledades, cercanos a tus dolencias,
y pasar por el mundo “haciendo el bien”.
Y “curando dolencias” Ayúdanos a recrear la hospitalidad
a la que nos llamas, al estilo de San Benito Menni. Amén.
Antífona: El amor no dice basta.
Amor y más amor, que nunca dice basta.
Es el reto que tenemos todos nosotros hoy para seguir revitalizando el carisma en tantos hermanos nuestros que nos piden acogida y hospitalidad en nuestro mundo.
Escuchamos la canción "Hombros de Gigantes”, de Kike Pavón.
Todos nosotros somos parte de una gran cadena de nombres, invitados a seguir la estela de aquellos que, año tras año, siglo tras siglo, han tratado de compartir la buena noticia y han luchado para que de verdad las cruces no tengan la última palabra.
Juan de Dios, Benito Menni, no fueron indiferentes ante la realidad de sufrimiento que acontecía en su momento, en el contexto de la realidad social.
Ellos se dejaron conmover ante el dolor y el sufrimiento y fueron con sus vidas un rayo de luz y de esperanza para la vida de tantas personas con sufrimiento. Ellos son para nosotros hoy referentes de entrega y compromiso.
Vivieron un amor apasionado por Dios y por las personas con sufrimiento.
Su corazón se abraso por el amor y con sus gestos y con la entrega de sus vidas llevaron este amor a la humanidad sufriente.
Os invitamos a que durante unos minutos penséis cuál puede ser vuestra misión, o, quizás sientas en tu interior que el Señor te llama a grandes cosas a entregar la vida. ¿Cuál es hoy tu misión? Puede ser cuidar a alguien que te necesita. Puede estar en tus estudios, en tu trabajo o en tu familia, puedes encontrarla en el lugar donde vives. Quizá tu misión hoy sea alegrar el día de los que te rodean con una sonrisa o cualquier otro gesto de hospitalidad.
Gesto
Está rodeado de realidades de sufrimiento de nuestro mundo, de las personas que hoy lo tienen herido, por la enfermedad, por la soledad, por las guerras, por las drogas… nuestro mundo sigue necesitando de corazones compasivos, solidarios. En este espacio podemos compartir un momento con la persona que tenemos a nuestro lado…qué me ha tocado en esta tarde el corazón.? Qué me llevo en el… (podemos si lo deseamos expresarlo de forma breve en alto y a la vez levantarnos y coger el pin del corazón hospitalario), como recuerdo, en el que nos podemos llevar las vidas de tantas personas que sufren hoy por causa de la enfermedad mental.
Canto: En mi debilidad
En mi debilidad, me haces fuerte
En mi debilidad, me haces fuerte
Solo en tu amor me haces fuerte
Solo en tu vida me haces fuerte
En mi debilidad te haces fuerte en mi
(se repite varias veces)
Solo en tu amor me haces fuerte
Solo en tu vida me haces fuerte
En mi debilidad te haces fuerte en mi
Padre Nuestro Hospitalario
Padre Misericordioso
Que estás en todos los enfermos.
Santificado seas por la aceptación
y la alegría de muchos de ellos, de todos.
Venga a cada uno
y también a cuantos estamos a su lado:
Hermana/os, colaboradores, familias, voluntarios,
Tu Reino de amor, de misericordia, de compasión.
Que se haga tu voluntad
En la tierra de cada centro,
De cada sala, de toda la comunidad hospitalaria.
A todos los que les cuidamos
Danos la ración diaria de servicio desinteresado y alegre.
Y perdona todas las veces
Que no hemos sido ternura, sanación, misericordia para ellos.
Y no nos dejes caer
En la tentación del desaliento, del cansancio, de la rutina,
De no querer estar hoy en vanguardia
Para todo lo que ellos necesitan.
Líbranos, Señor, de todo este mal.
Amén.
Oración final
Señor Jesús, que pasaste por el mundo
curando y haciendo el bien,
y enviaste a tus discípulos
a anunciar el reino de Dios
con palabras de paz en los labios,
ofreciendo sanación y vida:
te pedimos que tu llamada a la Hospitalidad
siga encontrando acogida en nuestro mundo
como la encontró en San Benito Menni,
para que en tu nombre sean curados los enfermos,
a los pobres se les anuncie la Buena Noticia,
Y a todas las personas que sufren
Puedan experimentar la ternura
Y la misericordia de Dios nuestro Padre.
Amén
Canto final: Esperando con María
El Señor ha estado grande a Jesús resucitó
con María sus hermanos entendieron que pasó
Como el viento que da vida El Espíritu soplo
y aquella fe incierta en firmeza se cambio
Gloria al Señor es nuestra esperanza
y con María se hace vida tu palabra
Gloria al Señor porque en el silencio
guardó la fe sencilla y grande con amor
Pues sus ojos se abrieron y también su corazón
la tristeza fue alegría, fue su gozo el dolor
esperando con María se llenaron del Señor
por que Dios está presente si está limpio el corazón
Gloria al Señor es nuestra esperanza
y con María se hace vida tu palabra
Gloria al Señor porque en el silencio
guardó la fe sencilla y grande con amor
Nuestro tiempo es tiempo nuevo cada vez que sale el sol
y escuchamos su palabra fuerza viva de su amor
que disipa las tinieblas y aleja del temor
se hacen fuertes nuestras manos con la madre del Señor
Gloria al Señor es nuestra esperanza
y con María se hace vida tu palabra
Gloria al Señor porque en el silencio
guardó la fe sencilla y grande con amor
GRACIAS