#Sinhogarismo #Voluntariado
Navidad Solidaria’23
Fundación Jesús Abandonado. MURCIA
Oración del joven hospitalario
Señor de la Hospitalidad,
Tú, que escoges mi pequeñez para acoger tu grandeza,
Tú que te haces presente en lo pequeño y en lo sencillo,
y cada día me invitas a seguirte.
Mira nuestro mundo herido
Hay sufrimiento en tantos lugares
y, sobre todo, en tantos corazones.
En tantos pobres y enfermos,
en quien se siente solo o se siente triste,
en quien no tiene libertad o vive con miedo.
Aquí me tienes, Señor,
Dame entrañas de misericordia
frente toda miseria humana,
para llevar tu Reino a las periferias del mundo.
Dame tu luz, para saber acoger la fragilidad y la belleza de la vida,
y ayúdame a mirar a mis hermanos como Tú los miras.
Te lo pedimos
por intercesión de tantos testigos de la Hospitalidad,
que han hecho posible sembrar el Evangelio en el mundo,
y que han vivido la vida con pasión y generosidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración de la mañana:
Viernes 29 diciembre
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Todo (HKN)
Padre pon tu Espíritu sobre mí,
aquí estoy, aquí me tienes.
Gracias por la vida,
Que la viva siendo todo yo
Que la viva siendo todo yo.
Todo libre, todo entregado,
todo Tú, todo dado,
todo alegre, todo amante,
todo amado, todo arrodillado,
todo hijo, todo hermano,
todo padre, todo disfrutón,
todo mariano, todos por todos,
que viva todo, con toda el alma.
Introducción
Jesús nos llama a construir el Reino desde su estilo de vida, desde su forma de ver el mundo y desde su forma de amar.
Por ello lo primero que necesitamos es conocer cuál es su estilo de vida, su forma de ver el mundo y su forma de amar.
Pero este conocimiento no se obtiene de forma teórica, se tiene de una experiencia en primera persona:
Cristo me ha amado, me ama y quiere amarme a mí, con mis grandes virtudes y dones, pero también con mis limitaciones y mis debilidades.
Este principio del día es momento de dejarse invadir por este amor que ni cansa ni se cansa. De forma que en el resto del día, pueda tener los ojos bien abiertos para descubrir la presencia de Cristo en cada uno de los acontecimientos que viviremos. En cada encuentro, en cada desafío, en cada alegría y en cada dificultad, Él está presente, deseando acompañarnos y mostrarnos su amor.
Así es como puedo conocer a Jesús y dejar que su amor transforme mi vida, pudiendo entonces ser testigo vivo de su presencia en medio el mundo.
Salmo: Lo tuyo es darte
Antífona: Quien quiera ser grande, quien quiera ser el primero sea el esclavo de todos, sea el más pequeño.
Lo tuyo es darte
Nos empeñamos en apropiarnos de todo
y nos quedamos solo con la frustración.
Queremos programar cada instante
pero la vida se nos escapa de las manos.
Nos gustaría conocerlo todo
y nos descubrimos los más ignorantes.
Soñamos con triunfar en cada proyecto
pero el fracaso nos devuelve a nuestro sitio.
Lo tuyo es dar, darte, sin calcular.
Lo nuestro es recibir, acoger, sin preguntar.
Solo me conozco al mirarme en Ti.
Eres el manantial del que todo brota,
donde veo la primera luz y empiezo a correr.
Eres el mar, donde todo acaba
hacia allá me dirijo, en Ti quiero descansar.
(Ecos del Salmo y Gloria)
Javi Montes, SJ
Antífona: Quien quiera ser grande, quien quiera ser el primero sea el esclavo de todos, sea el más pequeño.
Salmo: Al Señor de la vida
Antífona: Enséñame, ¡Oh Trinidad!, cómo es tu libre mirada. Enséñame, ¡Oh Trinidad!, pues es la más bella y preciada, la más pura de amor.
Señor de la Vida nos has dado el ejemplo,
nos enseñaste a amar hasta el extremo,
nos mostraste con tu vida
lo que es vivir para los demás.
Ayúdanos a vivir el mandamiento del amor,
siguiendo tus pasos, tus opciones,
tu estilo y forma de amar.
Amar como Jesús,
empezando por los más pobres,
por los excluidos del mundo,
por aquellos que a nadie le preocupan,
pero sí le importan, y mucho,
a nuestro verdadero Dios.
Amar como Jesús,
sintiendo compasión activa por el otro,
comprometiéndose con el dolor ajeno,
haciéndose próximo al que sufre y está abandonado,
viviendo la solidaridad concreta que nace de ver al otro como hermano.
Amar como Jesús,
con paciencia y pasión,
con coraje y valentía,
con gestos y actitudes,
de palabra y de obra,
con la vida y con la entrega.
Amar como Jesús,
recorriendo los caminos,
saliendo al encuentro,
dando el primer paso,
denunciando lo que está mal,
anunciando lo que Dios quiere (para todos), mostrando con los actos
el rostro del Dios de la Vida y la Justicia.
Amar como Jesús,
en la práctica concreta y real de cada día,
amando en el hoy y ahora,
amando a todos, a través del servicio,
la donación y la entrega de lo mejor de cada uno para el bien de los demás.
(Ecos del Salmo y Gloria)
Antífona: Enséñame, ¡Oh Trinidad!, cómo es tu libre mirada. Enséñame, ¡Oh Trinidad!, pues es la más bella y preciada, la más pura de amor.
Evangelio:
Mt 25, 31-40
Cuando el Hijo del Hombre llegue con majestad, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria y ante él comparecerán todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Colocará a las ovejas a su derecha y a las cabras a su izquierda. Entonces el rey dirá a los de la derecha: Venid, benditos de mi Padre, a heredar el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, era inmigrante y me acogisteis, estaba desnudo y me vestisteis, estaba enfermo y me visitasteis, estaba encarcelado y vinisteis a verme. Los justos le responderán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, sediento y te dimos de beber, inmigrante y te recibimos, desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y fuimos a visitarte? El rey les contestará: Os aseguro que lo que hayáis hecho a uno solo de estos mis hermanos menores, a mí me lo hicisteis.
Reflexión
¿Cómo he llagado a esta experiencia hospitalaria? ¿De verdad estoy preparado para todo esto que voy a vivir? Servicio, entrega, amor, amistad en medio del dolor... Pero sobre todo, ¿Qué significa realmente ser hospitalario en tu nombre?
Jesús, en estas palabras encuentro la clave. Ser hospitalario en tu nombre significa saber verte a ti en quien tiene hambre, en quien tiene sed, en quien no tiene casa, quien no tiene ropa, quien está enfermo o el que esta encarcelado. Es ir más allá de mis comodidades, salir de mi mismo.
Pero, Señor, a veces esto me cuesta hacerlo en mi día a día. Me siento abrumado cuando me toca de frente el sufrimiento, cuando escucho historias difíciles y cuando veo rostros cansados. Me pregunto cómo puedo ser esto que me pides en tan sólo unos pocos días. Yo no tengo fuerzas para tanto. No sé si puedo mantener la esperanza en medio de tantas dificultades.
Entonces me acuerdo de ti, Señor. Recuerdo tu amor inmenso y tu compasión infinita. Me doy cuenta de que no estoy solo en este camino. Tú estás conmigo, guiándome y dándome la fuerza que necesito.
Tú, Señor, eres mi inspiración. Me enseñas a ver más allá de las apariencias y descubrir tu presencia en cada persona que encuentro. Me enseñas a escuchar con el corazón, a consolar y a ser una luz en medio de la oscuridad.
Aunque a veces sienta que mi ayuda es pequeña, o que mi labor es aburrida, me dirás que cada gesto de amor cuenta, incluso cuando nadie lo va a ver o percibir. Que una sonrisa, una palabra de aliento o un simple gesto de compasión pueden marcar la diferencia en la vida de alguien. Y eso me da esperanza.
Señor, gracias por acompañarme a caminar en el camino de la hospitalidad. Intentaré imitarte con todo mi ser. Me entrego a ti para que puedas obrar a través de mí y tocar las vidas de aquellos que necesitan tu amor.
Tu modo
Jesús al contemplar en tu vida
El modo que tu tienes de tratar a los demás
Me dejo interpelar por tu ternura
Tu forma de amar nos mueve a amar
Tu trato es como el agua cristalina
Que limpia y acompaña el caminar
Jesús enséñame tu modo
De hacer sentir al otro más humano
Que tus pasos sean mis pasos
Mi modo de proceder
Jesús hazme sentir con tus sentimientos
Mirar con tu mirada
Comprometer mi acción
Donarme hasta la muerte por el reino
Defender la vida hasta la cruz
Amar a cada uno como amigo
Y en la oscuridad llevar tu luz
Jesús enséñame tu modo
De hacer sentir al otro más humano
Que tus pasos sean mis pasos
Mi modo de proceder
Jesús yo quiero ser compasivo con quien sufre
Buscando la justicia, compartiendo nuestra fe
Que encuentre una auténtica armonía
Entre lo que creo y quiero ser
Mis ojos sean fuente de alegría
Que abrace tu manera de ser
Jesús enséñame tu modo
De hacer sentir al otro más humano
Que tus pasos sean mis pasos
Mi modo de proceder
Quisiera conocerte, Jesús tal como eres
Tu imagen sobre mi es lo que transformará
Mi corazón en uno como el tuyo
Que sale de sí mismo para dar
Capaz de amar al padre y los hermanos
Que va sirviendo al reino en libertad
Jesús enséñame tu modo
De hacer sentir al otro más humano
Que tus pasos sean mis pasos
Mi modo de proceder
Enséñame tu modo Señor
Oración final
Implícame, complícame, replícame Implícame a tu manera que sorprende, inquieta e ilusiona.
Que sepa mirar a quien sufre,
está solo y lo pasa mal.
Que sepa acompañar,
cuidar y amar a mi prójimo.
Complícame la vida,
haciéndome apasionado/a de la misión hospitalaria.
Porque el sufrimiento psíquico,
y los gritos de quienes llaman a la puerta han de ser respondidos.
Porque un mundo roto y lleno de estigmas,
que descarta al diferente, al loco,
al viejo, al discapacitado,
no es un lugar cómodo para vivir.
Porque las cosas no son fáciles,
la fragilidad existe y duele.
Complícame, porque esto pasa cuando uno ama.
Replícame cuando ponga argumentos para escabullirme por estar demasiado ocupado en mis actividades y problemas.
Implícame, Señor y complícame,
siendo hospitalario/a hasta la médula.
Oración de la mañana:
Sábado 30 diciembre
Todo (HKN)
Padre pon tu Espíritu sobre mí,
aquí estoy, aquí me tienes.
Gracias por la vida,
Que la viva siendo todo yo
Que la viva siendo todo yo.
Todo libre, todo entregado,
todo Tú, todo dado,
todo alegre, todo amante,
todo amado, todo arrodillado,
todo hijo, todo hermano,
todo padre, todo disfrutón,
todo mariano, todos por todos,
que viva todo, con toda el alma.
Introducción
Hoy vamos a adentrarnos aún más en el misterio del servicio y de la Hospitalidad, Seguimos manos a la obra, con rostros, sonrisas, vidas, sufrimientos, pero sobretodo, realidades.
A la realidad es a lo que se nos llama en todo momento, a conectar, a no vivir aislados. El compromiso con el mundo que me rodea, con las personas que tengo cerca, es fundamental para hacer que mi vida de fruto de verdad.
Hoy toca abrir mucho el corazón y empaparse de todo lo bueno bello y verdadero que sepamos capaz de recibir y reconocer.
Salmo: Para dar la vida
Antífona: Ven amor de Dios, inunda mi alma, ven a mi, con fuerza y poder.
Señor, dame la valentía
de arriesgar la vida por ti,
el gozo desbordante
de gastarme en tu servicio.
Dame, Señor, alas para volar
y pies para caminar al paso de los hombres.
Entrega, Señor, entrega para «dar la vida»
desde la vida, la de cada día.
Infúndenos, Señor,
el deseo de darnos y entregarnos,
de dejar la vida
en el servicio a los débiles.
Señor, haznos constructores de tu vida,
propagadores de tu reino,
ayúdanos a poner la tienda en medio de los hombres
para llevarles el tesoro
de tu amor que salva.
Haznos, Señor, dóciles a tu Espíritu
para ser conducidos
a dar la vida desde la cruz,
desde la vida que brota
cuando el grano muere en el surco.
(Ecos del Salmo y Gloria)
Antífona: Ven amor de Dios, inunda mi alma, ven a mi, con fuerza y poder.
Salmo 63: De corazón abierto
Antífona: Déjame, oír tu voz, que tu palabra, resuene en mi interior. Acalla mi alma y llénala de ti, déjame, oír tu voz.
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo.
Por ti, que me llamas de nuevo a la existencia,
por ti, que animas mi vida y la despiertas.
Por ti, que abres mi corazón a la luz
y lo llamas a estar atento, vigilante.
Por ti, que me quieres presente, unificado,
todo entero y en armonía.
Tengo sed de ti, de tu amor y lealtad.
Tengo sed de ti, de tu paz y perdón.
Tengo sed de ti, de tu pureza y alegría.
Tengo sed de ti, de tu fortaleza y bondad.
Mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua.
Todo mi ser se abre a tu gracia
esperando el rocío de la mañana.
Toda mi vida tiende a ti
esperando tu Vida sin término.
Mi corazón, en mi interior, se alegra
viendo tu fuerza y tu gloria en mí.
Tú me das razón para existir.
Tu vida es el sentido de mi existencia.
Tu lealtad vale más que la vida.
Tu amistad, más que todos los triunfos.
Quiero saciarme de tu presencia.
Quiero llenarme de tu Santo Espíritu.
Quiero sentirme en plenitud de tu gracia.
En el lecho me acuerdo de ti.
Tú estás despierto en mi noche.
Cuando me despierto en el silencio de la noche
mi corazón descubre que tú vives en él.
A la sombra de tus alas canto con júbilo.
Mi aliento está pegado a ti.
Tu amor me sostiene.
Mi corazón se alegra contigo, Dios mío
porque mi vida te pertenece.
Mi corazón se alegra contigo, Dios mío,
porque tu Vida me pertenece.
Oh Dios, por ti estoy siempre despierto,
por ti, me mantengo en pie, en vela,
por ti madrugo siempre que se hace tiniebla en mi vida,
por ti comienzo siempre, aunque me sienta cansado.
Oh Dios, tú eres mi Dios: ¡un Dios vivo!
(Ecos del Salmo y Gloria)
Antífona: Déjame, oír tu voz, que tu palabra, resuene en mi interior. Acalla mi alma y llénala de ti, déjame, oír tu voz.
Evangelio:
Mt 19, 27-29
En aquel tiempo, Pedro, tomando la palabra, le dijo a Jesús:
«Señor, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?»
Jesús le dijo:
«Yo les aseguro que en la vida nueva, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, los que me han seguido, se sentarán también en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
Y todo aquel que por mí haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o esposa o hijos, o propiedades, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna».
Reflexión
Jesús, tus palabras resuenan en mi corazón, especialmente en el contexto de nuestra experiencia hospitalaria y del día nuevo que afrontamos hoy.
Me pregunto cómo puedo aplicar estas palabras en mi vida y concretamente en el voluntariado que voy a realizar. ¿Cómo puedo renunciar y entregar mi vida de manera significativa, como Tú lo hiciste, como lo hicieron tus apóstoles y recibir cien veces más?
Para empezar, realmente siento que no estoy dando la vida, yo no estoy muriendo, ni lo he dejado TODO por seguirte... o ¿quizás sí? Es cierto que el simple hecho de estar aquí, y no en otro lugar de vacaciones es un sacrificio. Es verdad que me pudo costar decidirme a esta aventura, ya que tenía muchos planes, o responsabilidades que he dejado en casa, pero finalmente me decidí, por seguirte. También, eso de morir... pues físicamente no, pero quizás estoy viviendo alguna situación dura en mi vida, que de alguna manera me hace sufrir intensamente, hasta el punto de sentir la soledad y la muerte dentro de mi corazón.
Sea como sea mi situación, anhelo comprender cómo puedo vivir estas palabras en la práctica, cómo puedo renunciar a mí mismo y entregarme a los demás de la misma manera que Tú lo hiciste.
Me doy cuenta de que renunciar y entregarse no significa necesariamente abandonar todo en términos físicos, sino más bien, renunciar a la mentalidad egoísta y estar dispuesto a darlo todo por amor a los demás.
Quiero estar abierto a las necesidades de los otros, dejar de lado mis propias comodidades y preocuparme sinceramente por aquellos que sufren. Quiero ser un canal de tu amor y compasión, dándome sin reservas para brindar consuelo, esperanza y apoyo a quienes más lo necesitan.
Gracias, Jesús, por escuchar mis inquietudes y guiarme en este camino. Ayúdame a entregarme plenamente a los demás. Que mi voluntariado sea un reflejo vivo de tu amor y compasión, y que a través de él, pueda experimentar cien veces más de tu gracia, de tu felicidad y de tu paz, esa que tanto busco y necesito.
¡Aquí voy, Señor, listo para darlo todo! Que cada momento de servicio sea un testimonio de tu amor y una semilla de esperanza en los corazones de aquellos que encuentre en mi camino.
Deseo
Deseo ser la luz que ilumine
Deseo ser la sal que dé sabor
Deseo ser el trigo que sí muere
Deseo ser el manantial de tu calor
Deseo ser un niño manso y humilde de corazón, ser siempre el último y no el primero
Ser escándalo para el mundo
Cargar sobre mis hombros la oveja perdida, ir mar adentro y echar las redes en tu nombre
Y que no nadie se pierda nadie
Deseo la fiesta del pecador que se convierte en ser pescador de hombres
Prender fuego y que arda el mundo
Dar de comer a multitudes
Deseo ir al mundo entero y anunciar el evangelio
Deseo ser el compás de tus latidos
Cantar, volar, asaltar el cielo
Hasta desear como deseas tú
Y deseo ser el compás de tus latidos
Cantar, volar, asaltar el cielo
Hasta desear como deseas tú
Deseo no tener donde reclinar la cabeza
Deseo no ser servido sino servir
Deseo tomar mi cruz de cada día
Dejar hermanos, casas y tierras por ti
Deseo amar al enemigo, respetarle hasta perder mi vida
Y así reencontrarla, a tu lado en lo más alto
Deseo ver tu rostro, Señor, no servir a nadie más que a ti
Alcanzar la vida eterna, entrando por la estrecha puerta
Deseo ser uno como el Padre y tú sois uno con todos los hombres
Estar borracho de su espíritu y ser tan bueno como el Padre
Alegrarme pues mi nombre
Está en el libro de los cielos
Deseo ser el compás de tus latidos
Cantar, volar, asaltar el cielo
Hasta desear como deseas tú
Y deseo ser el compás de tus latidos
Cantar, volar, asaltar el cielo
Hasta desear como deseas tú
Deseo ser el compás de tus latidos
Cantar, volar, asaltar el cielo
Hasta desear como deseas tú
Y deseo ser el compás de tus latidos
Cantar, volar, asaltar el cielo
Hasta desear como deseas tú
La oración del discípulo
Maestro Jesús,
no he sido yo quien te ha elegido a ti,
has sido tú quien me ha llamado por mi nombre,
para que comparta contigo
los avatares del camino
de Galilea a Jerusalén.
Tú, que me explicas en la soledad
el significado de las parábolas
del Reino de Dios,
ayúdame a creer, vivir y amar el Evangelio
permaneciendo unido a ti,
como el sarmiento al tronco de la vid.
Tú me llamas a ser tu discípulo,
para que donde tú estás, allí esté yo contigo,
y para enviarme a predicar la conversión a las gentes,
y curar en tu Nombre toda enfermedad y toda dolencia,
y expulsar demonios.
Anunciando la buena noticia a los pobres,
y a los afligidos el consuelo.
Maestro, dame fortaleza y sabiduría
para renunciar a todo por ti,
que yo me esfuerce por entrar por la puerta estrecha,
y que lleve contigo la cruz de cada día,
negándome a mi mismo para seguirte.
Jesús, tú prometiste no dejarme huérfano,
yo vivo en el tiempo en que nos ha sido arrebatado el esposo,
envía sobre mi tu Espíritu Santo
que él me haga recordar tus palabras de vida,
y me haga testigo de tu Pascua
en Jerusalén, en Samaría y hasta los
confines de la tierra
Jesús, querido amigo,
viviendo contigo,
compartiendo tu vida y tu misión
quiero llegar a conocerte,
así cuando me mires a los ojos y me preguntes
no lo que los demás dicen de ti,
sino lo que yo mismo creo en mi corazón
pueda decirte con Pedro:
"Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios bendito,
el Mesías que había de venir al mundo"
Amén.
Oración de la noche:
Sábado 31 diciembre
Ven ahora (Somos Sión)
Ven ahora, Santo Espíritu,
ven y toma tu lugar.
Somos Sión, Tú eres Rey,
ven y úngenos Señor,
ven ahora, ven a mí.
Introducción
Si el motor y el fin de toda la vida es el Amor de Dios, la forma en la que ese amor se manifiesta y se alimenta es a través del amor a los demás y del deseo de reconocerles como hermanos y de servirles. Ese debe ser el criterio de nuestra vida y nuestro actuar. Que, en nuestra familia, en nuestros estudios, en nuestras actividades, nuestras relaciones personales, esté siempre presente la misericordia.
Decidirse a vivir así, en clave de hospitalidad, tiene un efecto inmediato en nuestra vida y en todas nuestras relaciones, tanto con los demás, como con Dios.
Sin embargo, esta forma de vivir, requiere poner en juego todas nuestras capacidades y talentos, y estar abiertos y dispuestos a recibir aquellos que Dios nos quiera regalar por medio de su Espíritu.
Usemos y disfrutemos de nuestra libertad para llenar nuestra vida de un nuevo color, al descubrir esta nueva manera de vivir, escapando del egoísmo, el enfado, la soberbia y dejándonos seducir por la mirada mansa y humilde de Jesús.
En esta noche, terminando 2023, queremos traer a nuestra mente y nuestro corazón, todo aquello que es importante para nosotros, y que, en especial, lo ha sido a lo largo de este año, para después confiarnos a la Divina Providencia de nuestro Dios, que nos ama y alimenta en todo mometno y en todo lugar.
Ven y descánsate
« Ven y descánsate, ven y descánsate en Dios, en Dios.
Y deja que Dios sea Dios, deja que Dios sea Dios.
Tú sólo adórale.
Tú sólo adórale»
Lectura Evangélica:
I Pedro 4, 7-11
Se acerca el fin del universo: sed, pues, sobrios y moderados para poder orar. Ante todo, mantened tenso el amor mutuo, pues el amor cubre una multitud de pecados. Practicad la hospitalidad mutua sin murmurar. Cada uno, como buen administrador de la multiforme gracia de Dios, ponga al servicio de los demás el carisma que haya recibido. Si habla: como si pronunciara oráculos de Dios; si sirve: como con la fuerza que Dios otorga; de modo que en todo sea glorificado Dios por medio de Jesucristo. A quien corresponde la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
Qué bien se está cuando se está bien
Qué bien se está cuando se está bien
Tú me lo has enseñado
Y tengo prisa en amarte
¡Qué bien se está contigo!
Qué bien se está cuando se está bien
Tú me lo has enseñado
Y tengo prisa en amarte
¡Qué bien se está contigo!
Amando, adorándote, Señor
Riendo, sirviendo con amor
Consolado en mi interior
Arrodillado ante ti, ante el hermano
Ante Cristdisfrazado del que sufre en soledad
Arrodillado ante los pobres de las "Calcutas" de mi ciudad
Ante los pobres que visten a la moda, pobres de falsedad
Arrodillado ante universitarios sedientos de amor
Qué bien se está cuando se está bien
Tú me lo has enseñado
Y tengo prisa en amarte
¡Qué bien se está contigo!
Qué bien se está cuando se está bien
Tú me lo has enseñado
Y tengo prisa en amarte
¡Qué bien se está contigo!
Quiero qe me gustes más, Señor
Que me atraigas tú
Que me seduzcas, que me enamores tú
Que resultes irresistible
Que seas mi único tesoro, Tú, el más bello de los hombres
Arrodillado ante los pobres de las "Calcutas" de mi ciudad
Ante los pobres que visten a la moda, pobres de falsedad
Arrodillado ante universitarios sedientos de amor
Qué bien se está cuando se está bien
Tú me lo has enseñado
Y tengo prisa en amarte
¡Qué bien se está contigo!
Qué bien se está cuando se está bien
Tú me lo has enseñado
Y tengo prisa en amarte
¡Qué bien se está contigo!
No olvidaré tus cinco palabras: "A mí me lo hicisteis"
Gracias, porque puedo confiar en ti Señor, mi Dios
Qué bien se está cuando se está bien
Tú me lo has enseñado
Y tengo prisa en amarte
¡Qué bien se está contigo!
Qué bien se está cuando se está bien
Tú me lo has enseñado
Y tengo prisa en amarte
¡Qué bien se está contigo!
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Os invitamos ahora, a compartir qué llevo en el corazón. Cómo viene mi corazón después de todo este año (deseos, frustraciones, aspiraciones, decepciones), y hacia dónde se dirige en el próximo año.
También podemos compartir lo que ha supuesto esta experiencia de Navidad Solidaria.
Él vendrá y te salvará
Dile a quien sufre en su soledad:
No debes temer,
Pues el Señor, tu Dios poderoso,
Cuando invoques su nombre,
Él te salvará
Él vendrá y te salvará,
Él vendrá y te salvará.
Dile al cansado que
Él pronto volverá.
Él vendrá y te salvará.
Él vendrá y te salvará,
Él vendrá y te salvará.
Alza tus ojos hoy,
Él te levantará,
Él vendrá y te salvará
Dile a quién tiene herido el corazón
No pierdas la fe
Pues el Señor tu Dios, con su gran amor, Cuando invoques su nombre,
Él te salvará
Él vendrá y te salvará,
Él vendrá y te salvará.
Dile al cansado que
Él pronto volverá.
Él vendrá y te salvará.
Él vendrá y te salvará,
Él vendrá y te salvará.
Alza tus ojos hoy,
Él te levantará,
Él vendrá y te salvará
Gesto
En este momento, dejamos un tiempo para que cada uno pueda en silencio, desde la experiencia vivida en estos días y lo escuchando en lo profundo de nuestro corazón, pensemos un compromiso concreto para este año que responda a algún deseo que me haya surgido o que intuyo que puedo tener.
Quizás pasar más tiempo con mis abuelos, empezar un voluntariado, hablar con cariño a los que están en la calle, pasar más tiempo con el Señor, comprometerme más en la vida de mi parroquia...
Nos pondremos ante el Señor para rezarlo y ofrecerlo (quien quiera lo puede decir en voz alta).
MIENTRAS, ESCUCHAMOS "COLOMBIA"
Vértigo
Quiero encontrarte
Quiero contarte mis planes, hacerte reír. Quiero maravillarme
Quiero saber mirarte en la puesta de Sol Quiero lo que Tú quieras
Quiero la fuerza que tienes para conquistar.
Y a veces tengo vértigo,
no consigo apreciar
que sobran las palabras,
Basta con suspirar. x2
Quiero entregarme
Quiero un mar de ilusiones poder navegar
Quiero abrirte la puerta
Quiero dejar que Tú seas la luz que hay en mí
Y a veces tengo vértigo,
no consigo apreciar
que sobran las palabras,
Basta con suspirar. x2
Lerelerelerelere
lerelerelere
que sobran las palabras,
Basta con suspirar x2
Y a veces tengo vértigo,
no consigo apreciar
que sobran las palabras,
Basta con suspirar. x2
Padre Nuestro
Oración final
Señor, Jesucristo, Pastor bueno,
tú que sabes cómo llegar al corazón del hombre,
abre la mente y el corazón de los que buscan y esperan
una palabra de verdad para su vida;
hazles sentir que sólo en ti pueden encontrar plena luz;
da valor a los que saben dónde encontrar la verdad,
pero temen que tu llamada sea demasiado exigente;
sacude el alma de los que quieran seguirte en la vida religiosa, en el matrimonio y, sobre todo, en la santidad,
pero no saben vencer las dudas y los miedos,
y acaban por escuchar otras voces.
Tú, que eres la Palabra que ilumina y sostiene los corazones, suscita en aquellos a quienes llamas valor para dar la respuesta de amor:
«¡Heme aquí, envíame!»
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
Amén.
Oración de la mañana:
Domingo 31 diciembre
Todo (HKN)
Padre pon tu Espíritu sobre mí,
aquí estoy, aquí me tienes.
Gracias por la vida,
Que la viva siendo todo yo
Que la viva siendo todo yo.
Todo libre, todo entregado,
todo Tú, todo dado,
todo alegre, todo amante,
todo amado, todo arrodillado,
todo hijo, todo hermano,
todo padre, todo disfrutón,
todo mariano, todos por todos,
que viva todo, con toda el alma.
Introducción
Todas las llamadas del Señor son personales. Él te espera, en cada momento de tu vida, queriendo acompañarte y llevarte de la mano si te dejas.
Los deseos profundos de nuestro corazón, son una forma en la que el Señor nos muestra el camino de felicidad que siempre pensó para nosotros. Por eso su llamada es siempre única, va sellada con tu nombre y apellidos.
De esta misma manera, el hecho de que estemos hoy aquí no es mera casualidad. Que estemos en un voluntariado, que lo estemos haciendo desde el carisma de la Hospitalidad, que empecemos el día con una oración, que compartamos con ciertas personas... es parte de la propuesta que Dios te hizo y a la que tú, cada mañana, dices "sí, te sigo".
Esta mañana, vamos a intentar comenzar a vivir desde una perspectiva de envío los retos que el Señor nos pone por delante, y que son diferentes para cada uno de nosotros. Son una misión concreta que tiene y da sentido a los deseos de nuestro corazón.
Salmo adaptado
Antífona: Pongo mi vida en tus manos, Padre mío, me abandono a Ti, haz de mí lo que quieras; estoy dispuesto a aceptarlo todo con infinita confianza, porque Tú eres mi Padre.
Ser como un grano de trigo, pequeña semilla,
que guarda en su interior la posibilidad de ser pan,
para ofrecerse, sencillo, cotidiano,
a todo el que lo necesite.
Tu nos llamas a ser semilla, Señor.
Y la semilla, que está llena de vitalidad y potencial,
debe morir a ser semilla
para convertirse en planta y crecer.
Tu vida nos muestra
que es posible morir para vivir.
Entregar todo para ser para los demás...
Pura ofrenda y donación.
Enséñanos, Señor, a entregar nuestra vida
al servicio del Evangelio y de la vida de los otros.
Enséñanos a ser semilla
para dar frutos en abundancia.
Señor, tu vida nos muestra
que la mejor tierra es la realidad de todos los días
y las necesidades de los otros.
Nos llamas a plantar nuestra semilla
en las situaciones que vivimos,
en la vida que compartimos,
en la tierra de hoy, aquí y ahora.
Queremos ser semilla de cambio y Reino
en el mundo que vivimos,
¡ayúdanos Señor!
Tu ejemplo nos enseña que el agua verdadera
es la que nace de la Palabra,
pozo de agua viva ofrecida para todos.
Enséñanos, Señor, a regar nuestras semillas con tu Palabra.
Ayúdanos a conocerla, muéstranos cómo saborear su mensaje,
para que impregne nuestra existencia y que empape nuestro caminar.
Queremos ser semillas de cambio y Reino;
y necesitamos ser fecundados
por tu Palabra. ¡Ayúdanos Señor!
(Ecos del Salmo y Gloria)
Antífona: Pongo mi vida en tus manos, Padre mío, me abandono a Ti, haz de mí lo que quieras; estoy dispuesto a aceptarlo todo con infinita confianza, porque Tú eres mi Padre.
Salmo: Vivir en estado de misión
Antífona: Más allá de mis miedos, más allá de mi inseguridad, quiero darte mi respuesta: Aquí estoy para hacer tu voluntad, para que mi amor sea decirte “sí” hasta el final.
Nos pides ir a los otros, salir de nuestras comodidades,
afrontar los riesgos de la intemperie,
para vivir en estado de misión.
«Id» es tu mandato, para anunciar el Reino y su presencia.
Para ser signos de Evangelio y hermanos de todos.
«Id» es tu enseñanza, abriendo camino para el paso del sembrador, adelante tuyo,
eco y mensaje del que va a venir porque ya está-con-nosotros.
«Id» es tu ejemplo, de dos en dos, caminata compartida,
vivencia comunitaria, testimonio fraterno, aprendiendo juntos.
«Id» aunque sean pocos, porque el Reino es levadura,
y somos llamados a ser fermento en la masa...
aporte sencillo y humilde, «humus» que fertilice y renueve.
«Id», atentos y preparados, habrá conflicto y dificultad,
presencia de la cruz, que es garantía de seguimiento fiel.
«Si quieres seguirme...»
«Id» en sencillez real, empobrecidos por el Reino para vivir sin aferrarse y aprender a confiar,
Dios está, provee, cuida y protege sólo Dios basta.
«Id» nos invitas mirando al corazón y descubriéndonos que podemos,
si nos animamos, si nos unimos, si nos des-instalamos de nuestras seguridades
para vivir, como tú, en estado de misión.
(Ecos del Salmo y Gloria)
Antífona: Más allá de mis miedos, más allá de mi inseguridad, quiero darte mi respuesta: Aquí estoy para hacer tu voluntad, para que mi amor sea decirte “sí” hasta el final.
Evangelio:
Mt 10, 1-8
En aquel tiempo, Jesús llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y toda dolencia.
Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, el de Zebedeo, y Juan, su hermano; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo, y Tadeo; Simón el de Caná, y Judas Iscariote, el que lo entregó.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: «No vayáis a tierra de paganos ni entréis en las ciudades de Samaría, sino id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios. Gratis habéis recibido, dad gratis».
Reflexión
En esta mañana nos detenemos brevemente en el primer versículo, cuando Jesús convoca a sus discípulos y ellos acuden a Él y reciben una serie de dones que ellos jamás se hubieran imaginado. Los discípulos creían ya tenerlo todo, se sentían contentos por estar con el Maestro. Pedro, que había dejado su casa, a su suegra y su barca, se sentía feliz. Lo mismo Mateo, quien había dejado todas sus riquezas. Y así cada uno había dejado todo para seguir al Maestro... y para servirle. Ya no podían esperar otro cambio de rumbo en sus vidas… pero, ese día el Señor se notaba distinto, alegre y recogido a la vez. Les recordaba el día en que cada uno de ellos había sido llamado y les había invitado a dejar las redes y seguirle. Ya nada más podía pedirles Jesús. Sin embargo, ese día tan especial Jesús convocó a doce de los que le seguían de cerca y los envió a llevar su mensaje de amor y salvación a todos los hombres; les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad y dolencia.
Hoy Cristo nos sigue convocando para que vayamos y demos testimonio. Pero necesita de nuestra docilidad a fin de que respondamos a esta convocatoria como los discípulos. No es una invitación de grupo, sino individual, con nombres específicos: Pedro, Juan, Mateo. Solo que hoy son nuestros nombres los que se escuchan: Sara, Carolina, Nacho, Sergio, Ana, Teresa, Santiago...
No perdamos la oportunidad de estar atentos para escucharle y abiertos a lo que Él quiera de nosotros… aunque pensemos que ya no podemos dar o recibir más.
La Iglesia nos necesita para ser luz en la tierra, necesita de hombres y mujeres, laicos y consagrados para la nueva evangelización. El mismo Papa Francisco nos lo pide a los jóvenes: "sean luchadores por el bien común, sean servidores de los pobres, sean protagonistas de la revolución de la caridad y del servicio, capaces de resistir las patologías del individualismo consumista y superficial".
Que no se pierda ninguno
Llamaré, entraré, miraré, escucharé,
sonreiré
Amaré, preguntaré, acariciaré,
comprenderé, abrazaré
Verbos de la misericordia, verbos que
harán nuevo nuestro mundo
¡Que no se pierda ninguno!
¡Que no se pierda ninguno!
Te conoceré en su voz, te escucharé
en su dolor, te consolaré
Te alimentaré y acompañaré,
y en tu nombre preguntaré:
¿qué quieres que haga por ti?
Pregunta de la misericordia, pregunta
que hará nuevo nuestro mundo.
¡Que no se pierda ninguno!
¡Que no se pierda ninguno!
¡Que no se pierda ninguno!
¡Que no se pierda ninguno!
Oración final
Señor, cuando tenga hambre,
dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed,
dame alguien que precise agua;
Cuando sienta frío,
dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra,
dame alguien que necesita consuelo;
Cuando mi cruz parezca pesada,
déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre,
pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo,
dame alguien que precise de mis minutos;
Cuando sufra humillación,
dame ocasión para elogiar a alguien;
Cuando esté desanimado,
dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan,
dame alguien que necesite de mi comprensión;
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí,
dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mí mismo,
vuelve mi atención hacia otra persona.
Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
Dales, a través de nuestras manos,
no sólo el pan de cada día, también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo.
Madre Teresa de Calcuta
Oración de la noche:
Domingo 31 diciembre
Ven amor de Dios
Ven Amor de Dios, inunda mi alma,
ven a mi, con fuerza y poder.
Ven Amor de Dios.
Introducción
A esta noche llego con la siguiente pregunta: ¿he sido capaz de vivir el día como un envío? ¿como una misión de entrega a los demás?
Hoy termino el día con la invitación de escuchar a Jesús que me llama por mi nombre. También intento recordar momentos concretos en los que he sido capaz de salir de mi comodidad y de mi egoísmo, en la búsqueda del encuentro sincero con el otro.
Himno
Tras las cimas más altas,
todas las noches
mi corazón te sueña,
no te conoce.
¿Entre qué manos, dime,
duerme la noche,
la música en la brisa,
mi amor en dónde?
¿La infancia de mis ojos
y el leve roce
de la sangre en mis venas,
Señor, en dónde?
Lo mismo que las nubes,
y más veloces,
¿las horas de mi infancia,
Señor, en dónde?
Tras las cimas más altas,
todas las noches,
mi corazón te sueña,
no te conoce.
Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo. Amén.
Salmo: Es bueno darte gracias
Antífona: Sí, tú eres el Rey, el Rey de mi vida, el número uno en mi corazón. A ti yo te rindo todo lo que soy, si tu eres el Rey.
Es bueno darte gracias, Señor Dios nuestro;
es bueno cantar salmos a tu nombre único y maravilloso;
es bueno proclamar tu amor por la mañana, muy temprano,
y reconocer tu lealtad y fidelidad por las noches.
Nosotros reunidos te cantamos con el corazón lleno de júbilo,
porque nuestras vidas están llenas de tu ternura paso a paso;
nosotras te cantamos porque eres bueno y compasivo cada día
con aquél que te busca con un corazón sincero y transparente.
Tú nos alegras la existencia y nos llenas de tu fuerza,
al saber que nos cubres con tu manto y nos quieres como a hijos.
Tus obras son la alegría de nuestro corazón
y nos llenas de entusiasmo , de energía y fortaleza.
Ante las obras de tus manos gritamos con el corazón en fiesta:
¡Qué grandes tus hazañas, qué grandes tus proezas con tu pueblo;
qué maravillas has realizado a lo largo de la marcha,
con quienes sacaste de la opresión y pusiste en camino!
No dejes, Señor, que los agentes del mal destruyan la tierra salida de tus manos.
Derriba del poder a los que se aprovechan de los pequeños
y levanta, Señor, a quien vive aplastado, destruido, oprimido.
Haz que florezcan los hombres y mujeres justos,
que crezcan como palmeras y que den fruto;
que sus vidas se llenen de flores como almendro en primavera
y que sean fecundos como el trigal hecho mies dorada.
Señor de la vida, Señor del ser humano, Señor de lo que vive:
danos respeto profundo a todo lo que has creado
y capacidad de acoger las semillas de vida y dejarlas crecer.
Tu amor desde la mañana; tu lealtad aún por las noches,
nos enseñan a vivir gozosas y felices en esta vida,
anunciando a todos que tú te preocupas por nosotros,
que nos quieres y eres leal y fiel en tu alianza.
(Ecos del Salmo y Gloria)
Antífona: Sí, tú eres el Rey, el Rey de mi vida, el número uno en mi corazón. A ti yo te rindo todo lo que soy, si tu eres el Rey.
Compartir en la noche
Es el momento de coger nuestro cuaderno y escribir las nuevas sensaciones del día. Empezando por pensar en aquellos momentos concretos en los que he sido capaz de salir de mi comodidad, en los que he hecho algo que me cuesta, por el otro.
Ejemplos:
También escribimos las buenas sensaciones del día.
Ejemplos:
Los que queramos, compartimos lo escrito o la experiencia del día (una palabra, una frase).
Al terminar, escuchamos la canción "Sólo en Dios".
Padre Nuestro
Oración final
Gracias por este día que acaba y está
ya más en tu regazo que en el mío.
Dejo tareas, trabajo, sueños, proyectos, preocupaciones
no sé si en tu artesa o en tu horno,
para que sigan fermentando y dorándose.
Gracias, porque una vez más es posible
seguir creyendo, seguir pensando,
seguir soñando, seguir viviendo,
seguir combatiendo por un mundo mejor...
a pesar de nuestros triunfos y tropiezos.
Porque te dices amor y sostienes la esperanza,
porque es segura y fiel tu alianza,
porque has estado presente durante el día,
porque vas a velar este descanso necesario,
gracias, Dios amigo, Padre y Madre
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
Amén.