experiencias hospitalarias
9 al 16 de julio 2023
Oración de la noche:
domingo 9 julio
Ven ahora (Somos Sión)
Ven ahora, Santo Espíritu,
ven y toma tu lugar.
Somos Sión, Tú eres Rey,
ven y úngenos Señor,
ven ahora, ven a mí.
Introducción
¡Hola a todos y bienvenidos a la Experiencia Hospitalaria!
Es un placer daros la más cálida bienvenida a esta semana de voluntariado que hemos llamado "Experiencia Hospitalaria". La llamamos así, porque no es únicamente un voluntariado. Durante estos días, tendremos la oportunidad de sumergirnos en el entorno hospitalario, imitando el estilo de los Hermanos de San Juan de Dios y las Hermanas Hospitalarias, para descubrir a Cristo en aquellos que sufren.
Nuestro lema para esta experiencia es "Levántate, Él te espera". Es una invitación a despertar, a salir de nuestra comodidad y a reconocer a Jesús que sale a nuestro encuentro. En medio de nuestras acciones de servicio y acompañamiento, recordemos que debemos abrir nuestros corazones para encontrar a Dios en cada rostro, en cada historia y en cada desafío que enfrentemos.
Durante esta semana, seremos testigos de historias de sufrimiento, superación, fortaleza y valentía. Nuestro objetivo principal será acompañar y compartir, siendo una fuente de esperanza.
Cada uno de vosotros tiene un papel vital en esta experiencia. Vuestra dedicación, entusiasmo y espíritu de servicio serán fundamentales para lograr un impacto significativo en la vida de los pacientes y sus familias. Juntos, formaremos una pequeña comunidad que reflejará el amor de Cristo a través de nuestras acciones y palabras.
"Levántate, Él te espera" es también un recordatorio de que no estamos solos en esta experiencia. Dios camina junto a nosotros, guiándonos, fortaleciéndonos y recordándonos que, a través de nuestro servicio, encontramos a Cristo en aquellos que necesitan consuelo, esperanza y amor. Nos invita a despertar nuestra fe y a ponernos en acción, sabiendo que estamos llamados a ser instrumentos de cambio y marcar la diferencia en el mundo que nos rodea.
Os invitamos a adoptar este lema como nuestro faro durante esta semana. Levantémonos de cualquier comodidad, levantémonos de cualquier egoísmo y pongamos nuestros dones y talentos al servicio de los demás.
Comenzamos la experiencia con una oración (en las noches incluirán los himnos de las Completas, que es la oración que rezan todos los cristianos por la noche, además de salmos, reflexiones y cantos). Abrid los ojos, el oído y el corazón. Comenzamos invocando al Espíritu Santo.
Himno
Gracias, porque al fin del día
podemos agradecerte
los méritos de tu muerte,
y el pan de la eucaristía,
la plenitud de alegría
de haber vivido tu alianza,
la fe, el amor, la esperanza
y esta bondad de tu empeño
de convertir nuestro sueño
en una humilde alabanza.
Gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén
Salmo adaptado
Antífona: Ven y descánsate, ven y descánsate en Dios, en Dios.
Venid a un sitio tranquilo;
a un lugar apartado del bullicio agobiante
que nos acompaña día y noche;
a un lugar retirado de vuestros negocios y preocupaciones,
de vuestras falsas necesidades;
a un lugar apropiado para encontraros con Dios,
entre vosotros y con vosotros mismos.
Venid a un sitio adecuado
para reparar fuerzas, y descansad un poco.
Detened vuestro ritmo alocado.
Haced un alto en el camino.
Sosegaos de tanto ajetreo.
Que se calmen vuestros nervios.
Que se serene vuestro espíritu.
Dejad la mochila a un lado,
quitaos las sandalias y lavaos el cuerpo entero
para reparar fuerzas.
Los que estáis rendidos y agobiados,
los que vivís bajo el yugo de las responsabilidades,
los que soportáis el peso de los compromisos
y de las obligaciones ineludibles,
los que camináis con los ojos tristes y la espalda doblada,
los que ya sólo divisáis niebla en el horizonte,
los que no sabéis vivir sin cargas y cruces,
echad el freno y apearos para reparar fuerzas.
Yo os aliviaré.
Os sanaré la mente.
Tonificaré vuestro corazón.
Curaré vuestras heridas.
Vigorizaré vuestro cuerpo.
Calmaré vuestra ansiedad.
Os quitaré las pesadillas...
Estaré con vosotros en todo momento.
Tomaos un respiro conmigo
para reparar fuerzas.
Venid conmigo, amigos.
Gozad este momento y lugar.
Gustad todo lo suyo -que es vuestro-:
las verdes praderas, las aguas frescas,
los árboles frondosos, el horizonte abierto...
Descansad sin prisas y sin miedo.
Cargad las pilas hasta rebosar
y escuchad mi buena nueva...
para reparar fuerzas.
(Ecos del Salmo y Gloria)
Antífona: Ven y descánsate, ven y descánsate en Dios, en Dios.
Evangelio:
Mt 25, 31-40
Cuando el Hijo del Hombre llegue con majestad, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria y ante él comparecerán todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Colocará a las ovejas a su derecha y a las cabras a su izquierda. Entonces el rey dirá a los de la derecha: Venid, benditos de mi Padre, a heredar el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, era inmigrante y me acogisteis, estaba desnudo y me vestisteis, estaba enfermo y me visitasteis, estaba encarcelado y vinisteis a verme. Los justos le responderán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, sediento y te dimos de beber, inmigrante y te recibimos, desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y fuimos a visitarte? El rey les contestará: Os aseguro que lo que hayáis hecho a uno solo de estos mis hermanos menores, a mí me lo hicisteis.
Reflexión
¿Cómo he llagado a esta experiencia hospitalaria? ¿De verdad estoy preparado para todo esto que se me va a pedir? Servicio, entrega, amor, amistad en medio del dolor... Pero sobre todo, ¿Qué significa realmente ser hospitalario en tu nombre?
Jesús, en estas palabras encuentro la clave. Ser hospitalario en tu nombre significa alimentar al hambriento, dar de beber al sediento, acoger al forastero, vestir al desnudo, visitar al enfermo y acompañar al encarcelado. Es ir más allá de mis comodidades y preocuparme por las necesidades de los demás.
Pero, Señor, a veces esto me cuesta hacerlo en mi día a día. Me siento abrumado cuando me toca de frente el sufrimiento, cuando escucho historias difíciles y cuando veo rostros cansados. Me pregunto cómo puedo ser esto que me pides en tan sólo unos pocos días. Yo no tengo fuerzas para tanto. No sé si puedo mantener la esperanza en medio de tantas dificultades.
Entonces me acuerdo de ti, Señor. Recuerdo tu amor inmenso y tu compasión infinita. Me doy cuenta de que no estoy solo en este camino. Tú estás conmigo, guiándome y dándome la fuerza que necesito.
Tú, Señor, eres mi inspiración. Me enseñas a ver más allá de las apariencias y descubrir tu presencia en cada persona que encuentro. Me enseñas a escuchar con el corazón, a consolar y a ser una luz en medio de la oscuridad.
Aunque a veces sienta que mi ayuda es pequeña, me dirás que cada gesto de amor cuenta. Que una sonrisa, una palabra de aliento o un simple gesto de compasión pueden marcar la diferencia en la vida de alguien. Y eso me da esperanza.
Señor, gracias por acompañarme a caminar en el camino de la hospitalidad. Intentaré imitarte con todo mi ser. Me entrego a ti para que puedas obrar a través de mí y tocar las vidas de aquellos que necesitan tu amor.
Compartir en la noche
Vamos a dejar un especio para compartir aquello con lo que vengo, no hace falta que nos extendamos, ya tendremos tiempo. Pero es importante que nosotros mismos pensemos cómo nos situamos en este finde, y poder compartirlo en la asamblea.
Para ello os invitamos a decir:
Compartimos lo que somos y con lo que venimos. A esta experiencia vamos a entrar desde nuestra realidad, desde los miedos y las dificultades, hasta las grandes expectativas y deseos que tiene nuestro corazón.
Lo escribimos en nuestro cuaderno e intentamos compartir todos algo, aunque sea alguna de las tres propuestas.
Al terminar, escuchamos la canción "El Abrazo", de Hakuna.
Padre Nuestro
Oración final
Oh, Dios, mi corazón joven te busca, fascinado y apasionado,
porque sólo en ti hay respuesta a lo largo del camino;
te busco, después de dejar atrás cosas vacías que encontré y que ahora,
son para mí nada, ante ti, que eres mi Tesoro escondido.
Tengo sed de ti, de tu pan y de tu palabra de vida; tengo sed de ti,
de la verdad de tu Evangelio; tengo sed de ti, de comunión con tu Iglesia;
tengo sed de ti, de la fuerza de tu Espíritu.
Te busco, y sé que estás vivo, presente entre nosotros, que en tu nombre,
Señor Jesús, nos hemos reunido.
(Adaptación del Salmo 62)
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
Amén.
Oración de la mañana:
lunes 10 julio
Todo (HKN)
Padre pon tu Espíritu sobre mí,
aquí estoy, aquí me tienes.
Gracias por la vida,
Que la viva siendo todo yo
Que la viva siendo todo yo.
Todo libre, todo entregado,
todo Tú, todo dado,
todo alegre, todo amante,
todo amado, todo arrodillado,
todo hijo, todo hermano,
todo padre, todo disfrutón,
todo mariano, todos por todos,
que viva todo, con toda el alma.
Introducción
Jesús nos llama a construir el Reino desde su estilo de vida, desde su forma de ver el mundo y desde su forma de amar.
Por ello lo primero que necesitamos es conocer cuál es su estilo de vida, su forma de ver el mundo y su forma de amar.
Pero este conocimiento no se obtiene de forma teórica, se tiene de una experiencia en primera persona:
Cristo me ha amado, me ama y quiere amarme a mí, con mis grandes virtudes y dones, pero también con mis limitaciones y mis debilidades.
Este principio del día es momento de dejarse invadir por este amor que ni cansa ni se cansa. De forma que en el resto del día, pueda tener los ojos bien abiertos para descubrir la presencia de Cristo en cada uno de los acontecimientos que viviremos. En cada encuentro, en cada desafío, en cada alegría y en cada dificultad, Él está presente, deseando acompañarnos y mostrarnos su amor.
Así es como puedo conocer a Jesús y dejar que su amor transforme mi vida, pudiendo entonces ser testigo vivo de su presencia en medio el mundo.
Salmo: Lo tuyo es darte
Antífona: Quien quiera ser grande, quien quiera ser el primero sea el esclavo de todos, sea el más pequeño.
Lo tuyo es darte
Nos empeñamos en apropiarnos de todo
y nos quedamos solo con la frustración.
Queremos programar cada instante
pero la vida se nos escapa de las manos.
Nos gustaría conocerlo todo
y nos descubrimos los más ignorantes.
Soñamos con triunfar en cada proyecto
pero el fracaso nos devuelve a nuestro sitio.
Lo tuyo es dar, darte, sin calcular.
Lo nuestro es recibir, acoger, sin preguntar.
Solo me conozco al mirarme en Ti.
Eres el manantial del que todo brota,
donde veo la primera luz y empiezo a correr.
Eres el mar, donde todo acaba
hacia allá me dirijo, en Ti quiero descansar.
(Ecos del Salmo y Gloria)
Javi Montes, SJ
Antífona: Quien quiera ser grande, quien quiera ser el primero sea el esclavo de todos, sea el más pequeño.
Evangelio:
Mt 9, 18-26
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que se arrodilló ante él y le dijo:
-Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la mano en la cabeza, y vivirá.
Jesús lo siguió con sus discípulos.
Entretanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, pensando que con sólo tocarle el manto se curaría.
Jesús se volvió, y al verla le dijo:
-¡Animo, hija! Tu fe te ha curado.
Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo:
-¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida.
Se reían de él.
Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se puso en pie.
La noticia se divulgó por toda aquella comarca.
Reflexión
Me maravillo al escuchar sobre el poder sanador de Jesús. Ver cómo Él respondió a las súplicas del gobernante de la sinagoga y cómo sanó a la mujer que había sufrido durante tanto tiempo... es asombroso.
Ahora que voy a empezar el voluntariado, me encantaría tener también ese poder sanador. Pero, a veces me siento pequeño e impotente en comparación con Jesús. Quiero ser como Él, quiero imitar su amor y compasión hacia los demás, pero sé que nunca podré igualar capacidad de sanar, Él es Dios.
Pero escuchando esto, veo que hay algo más que anhelo profundamente: Quiero que Jesús me tome de la mano y me levante, al igual que hizo con la niña. Anhelo su toque sanador, su gracia que puede transformar mi vida y darme la fuerza para seguir adelante.
Jesús, sé que no puedo hacer lo que Tú hiciste. Pero en este momento, me pongo ante Ti con humildad y fe. Te pido que pongas tus manos sobre mí, que me sanes en lo más profundo de mi ser.
Quiero ser una persona sanada por tu amor, para poder llevar ese amor a los demás. Que tus palabras me infundan el coraje y la confianza para ser un instrumento de tu misericordia en este mundo, especialmente para aquellos que sufren.
Te entrego mi vida y mis limitaciones. Ayúdame a ser un reflejo de tu amor en todo lo que haga. Que mi servicio en esta experiencia de voluntariado sea un testimonio vivo de tu amor.
Tu Rostro
Tu conoces cada uno de mis gestos
Las palabras que quisiera pronunciar
Tu me estechas en tus brazos si tropiezo
Y me pierdo en medio de la oscuridad
No te olvidas de ninguno de mis sueños
Y a tu lado se hacen todos realidad
Buscaré tu rostro señor
Todos los deseos se hacen uno entre los dos
Buscaré tu rostro señor
No hay amor más grande que el amor
Tu le das una respuesta a mis preguntas
Y me llenas el camino de tu paz
No hay barrera que no sabe con tu ayuda
No hay un cielo que no pueda conquistar
Que poco es una vida para darla
Que corta es junto a ti la eternidad
Buscaré tu rostro señor
Todos los deseos se hacen uno entre los dos
Buscaré tu rostro señor
No hay amor más grande que el amor
Oración final
Señor,
haz de mi corazón Tu nueva y eterna Jerusalén.
Entra en mi interior con Tu gloria y majestad.
Conduce Tus pasos al templo de mi corazón,
y allí, derriba toda mentira, vanidad y egoísmo,
toda soberbia, arrogancia y miseria
que me separan de la verdadera esencia
que habita en mí.
Torna sagrado este templo, por Tu Presencia,
por Tu Verbo y por Tu Corazón.
Que Tus Palabras encuentren eco en mi interior
y, por los siglos de los siglos,
resuenen en mi consciencia
y se tornen Vida en mi vida.
Amén.
Oración de la noche:
Lunes 10 julio
Ven amor de Dios
Ven Amor de Dios, inunda mi alma,
ven a mi, con fuerza y poder.
Ven Amor de Dios.
Introducción
Al final del día, venimos ante Ti para ofrecer nuestro corazón y nuestra vida.
Hoy mi corazón no está indiferente. Quizás dolido, impresionado, tocado, emocionado o enamorado. Hoy hemos tenido experiencia de ver a Cristo en el hermano, y al mismo tiempo, poder ser Cristo en su vida. Éste es uno de los misterios más preciosos y sagrados de la Hospitalidad.
Habiendo reflexionado sobre los signos de amor que ha tenido Jesús en mi vida, y habiendo compartido con los usuarios del centro, nos adentramos en esta oración de la noche parra finalizar el día.
Himno
De la vida en la arena
me llevas de la mano
al puerto más cercano,
al agua más serena.
El corazón se llena,
Señor, de tu ternura;
y es la noche más pura
y la ruta más bella
porque tú estás en ella,
sea clara u oscura.
La noche misteriosa
acerca a lo escondido;
el sueño es el olvido
donde la paz se posa.
Y esa paz es la rosa
de los vientos. Velero,
inquieto marinero,
ya mi timón preparo
-tú el mar y cielo claro-
hacia el alba que espero.
Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo. Amén.
Salmo: Al Señor de la vida
Antífona: Enséñame, ¡Oh Trinidad!, cómo es tu libre mirada. Enséñame, ¡Oh Trinidad!, pues es la más bella y preciada, la más pura de amor.
Señor de la Vida nos has dado el ejemplo,
nos enseñaste a amar hasta el extremo,
nos mostraste con tu vida
lo que es vivir para los demás.
Ayúdanos a vivir el mandamiento del amor,
siguiendo tus pasos, tus opciones,
tu estilo y forma de amar.
Amar como Jesús,
empezando por los más pobres,
por los excluidos del mundo,
por aquellos que a nadie le preocupan,
pero sí le importan, y mucho,
a nuestro verdadero Dios.
Amar como Jesús,
sintiendo compasión activa por el otro,
comprometiéndose con el dolor ajeno,
haciéndose próximo al que sufre y está abandonado,
viviendo la solidaridad concreta que nace de ver al otro como hermano.
Amar como Jesús,
con paciencia y pasión,
con coraje y valentía,
con gestos y actitudes,
de palabra y de obra,
con la vida y con la entrega.
Amar como Jesús,
recorriendo los caminos,
saliendo al encuentro,
dando el primer paso,
denunciando lo que está mal,
anunciando lo que Dios quiere (para todos), mostrando con los actos
el rostro del Dios de la Vida y la Justicia.
Amar como Jesús,
en la práctica concreta y real de cada día,
amando en el hoy y ahora,
amando a todos, a través del servicio,
la donación y la entrega de lo mejor de cada uno para el bien de los demás.
(Ecos del Salmo y Gloria)
Antífona: Enséñame, ¡Oh Trinidad!, cómo es tu libre mirada. Enséñame, ¡Oh Trinidad!, pues es la más bella y preciada, la más pura de amor.
Compartir en la noche
En este momento, vamos a tener un ratito para poder escribir en nuestro cuaderno cuáles son las mayores limitaciones que he experimentado a la hora de ayudar y acompañar a los otros.
Ejemplos:
Pero también vamos a escribir qué buenas sensaciones he tenido en este primer día de voluntariado.
Ejemplos:
Los que queramos, compartimos lo escrito o la experiencia del día (una palabra, una frase).
Al terminar, escuchamos la canción "Tu modo".
Padre Nuestro
Oración final
Implícame, complícame, replícame Implícame a tu manera que sorprende, inquieta e ilusiona.
Que sepa mirar a quien sufre,
está solo y lo pasa mal.
Que sepa acompañar,
cuidar y amar a mi prójimo.
Complícame la vida,
haciéndome apasionado/a de la misión hospitalaria.
Porque el sufrimiento psíquico,
y los gritos de quienes llaman a la puerta han de ser respondidos.
Porque un mundo roto y lleno de estigmas,
que descarta al diferente, al loco,
al viejo, al discapacitado,
no es un lugar cómodo para vivir.
Porque las cosas no son fáciles,
la fragilidad existe y duele.
Complícame, porque esto pasa cuando uno ama.
Replícame cuando ponga argumentos para escabullirme por estar demasiado ocupado en mis actividades y problemas.
Implícame, Señor y complícame,
siendo hospitalario/a hasta la médula.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
Amén.
Oración de la mañana:
martes 11 julio
Todo (HKN)
Padre pon tu Espíritu sobre mí,
aquí estoy, aquí me tienes.
Gracias por la vida,
Que la viva siendo todo yo
Que la viva siendo todo yo.
Todo libre, todo entregado,
todo Tú, todo dado,
todo alegre, todo amante,
todo amado, todo arrodillado,
todo hijo, todo hermano,
todo padre, todo disfrutón,
todo mariano, todos por todos,
que viva todo, con toda el alma.
Introducción
Hoy vamos a adentrarnos aún más en el misterio del servicio y de la Hospitalidad, Seguimos manos a la obra, con rostros, sonrisas, vidas, sufrimientos, pero sobretodo, realidades.
A la realidad es a lo que se nos llama en todo momento, a conectar, a no vivir aislados. El compromiso con el mundo que me rodea, con las personas que tengo cerca, es fundamental para hacer que mi vida de fruto de verdad.
Descubrir la fragilidad, y cómo se acoge y se cuida, descubrir los miedos y ver cómo se afrontan y reconfortan, descubrir personas que dedican su tiempo y trabajo a los demás, va a ser una escuela viva de hospitalidad. Hoy toca abrir mucho el corazón y empaparse de todo lo bueno bello y verdadero que sepamos capaz de recibir y reconocer.
Salmo 63: De corazón abierto
Antífona: Déjame, oír tu voz, que tu palabra, resuene en mi interior. Acalla mi alma y llénala de ti, déjame, oír tu voz.
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo.
Por ti, que me llamas de nuevo a la existencia,
por ti, que animas mi vida y la despiertas.
Por ti, que abres mi corazón a la luz
y lo llamas a estar atento, vigilante.
Por ti, que me quieres presente, unificado,
todo entero y en armonía.
Tengo sed de ti, de tu amor y lealtad.
Tengo sed de ti, de tu paz y perdón.
Tengo sed de ti, de tu pureza y alegría.
Tengo sed de ti, de tu fortaleza y bondad.
Mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua.
Todo mi ser se abre a tu gracia
esperando el rocío de la mañana.
Toda mi vida tiende a ti
esperando tu Vida sin término.
Mi corazón, en mi interior, se alegra
viendo tu fuerza y tu gloria en mí.
Tú me das razón para existir.
Tu vida es el sentido de mi existencia.
Tu lealtad vale más que la vida.
Tu amistad, más que todos los triunfos.
Quiero saciarme de tu presencia.
Quiero llenarme de tu Santo Espíritu.
Quiero sentirme en plenitud de tu gracia.
En el lecho me acuerdo de ti.
Tú estás despierto en mi noche.
Cuando me despierto en el silencio de la noche
mi corazón descubre que tú vives en él.
A la sombra de tus alas canto con júbilo.
Mi aliento está pegado a ti.
Tu amor me sostiene.
Mi corazón se alegra contigo, Dios mío
porque mi vida te pertenece.
Mi corazón se alegra contigo, Dios mío,
porque tu Vida me pertenece.
Oh Dios, por ti estoy siempre despierto,
por ti, me mantengo en pie, en vela,
por ti madrugo siempre que se hace tiniebla en mi vida,
por ti comienzo siempre, aunque me sienta cansado.
Oh Dios, tú eres mi Dios: ¡un Dios vivo!
(Ecos del Salmo y Gloria)
Antífona: Déjame, oír tu voz, que tu palabra, resuene en mi interior. Acalla mi alma y llénala de ti, déjame, oír tu voz.
Evangelio:
Mt 19, 27-29
En aquel tiempo, Pedro, tomando la palabra, le dijo a Jesús:
«Señor, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?»
Jesús le dijo:
«Yo les aseguro que en la vida nueva, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, los que me han seguido, se sentarán también en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
Y todo aquel que por mí haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o esposa o hijos, o propiedades, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna».
Reflexión
Jesús, tus palabras resuenan en mi corazón, especialmente en el contexto de nuestra experiencia hospitalaria y del día nuevo que afrontamos hoy.
Me pregunto cómo puedo aplicar estas palabras en mi vida y concretamente en el voluntariado que voy a realizar. ¿Cómo puedo renunciar y entregar mi vida de manera significativa, como Tú lo hiciste, como lo hicieron tus apóstoles y recibir cien veces más?
Para empezar, realmente siento que no estoy dando la vida, yo no estoy muriendo, ni lo he dejado TODO por seguirte... o ¿quizás sí? Es cierto que el simple hecho de estar aquí, y no en otro lugar de vacaciones es un sacrificio. Es verdad que me pudo costar decidirme a esta aventura, ya que tenía muchos planes, o responsabilidades que he dejado en casa, pero finalmente me decidí, por seguirte. También, eso de morir... pues físicamente no, pero quizás estoy viviendo alguna situación dura en mi vida, que de alguna manera me hace sufrir intensamente, hasta el punto de sentir la soledad y la muerte dentro de mi corazón.
Sea como sea mi situación, anhelo comprender cómo puedo vivir estas palabras en la práctica, cómo puedo renunciar a mí mismo y entregarme a los demás de la misma manera que Tú lo hiciste.
Me doy cuenta de que renunciar y entregarse no significa necesariamente abandonar todo en términos físicos, sino más bien, renunciar a la mentalidad egoísta y estar dispuesto a darlo todo por amor a los demás.
Quiero estar abierto a las necesidades de los otros, dejar de lado mis propias comodidades y preocuparme sinceramente por aquellos que sufren. Quiero ser un canal de tu amor y compasión, dándome sin reservas para brindar consuelo, esperanza y apoyo a quienes más lo necesitan.
Gracias, Jesús, por escuchar mis inquietudes y guiarme en este camino. Ayúdame a renunciar a mi egoísmo y entregarme plenamente a los demás. Que mi voluntariado sea un reflejo vivo de tu amor y compasión, y que a través de él, pueda experimentar cien veces más de tu gracia, de tu felicidad y de tu paz, esa que tanto busco y necesito.
¡Aquí voy, Señor, listo para darlo todo! Que cada momento de servicio sea un testimonio de tu amor y una semilla de esperanza en los corazones de aquellos que encuentre en mi camino.
Deseo
Deseo ser la luz que ilumine
Deseo ser la sal que dé sabor
Deseo ser el trigo que sí muere
Deseo ser el manantial de tu calor
Deseo ser un niño manso y humilde de corazón, ser siempre el último y no el primero
Ser escándalo para el mundo
Cargar sobre mis hombros la oveja perdida, ir mar adentro y echar las redes en tu nombre
Y que no nadie se pierda nadie
Deseo la fiesta del pecador que se convierte en ser pescador de hombres
Prender fuego y que arda el mundo
Dar de comer a multitudes
Deseo ir al mundo entero y anunciar el evangelio
Deseo ser el compás de tus latidos
Cantar, volar, asaltar el cielo
Hasta desear como deseas tú
Y deseo ser el compás de tus latidos
Cantar, volar, asaltar el cielo
Hasta desear como deseas tú
Deseo no tener donde reclinar la cabeza
Deseo no ser servido sino servir
Deseo tomar mi cruz de cada día
Dejar hermanos, casas y tierras por ti
Deseo amar al enemigo, respetarle hasta perder mi vida
Y así reencontrarla, a tu lado en lo más alto
Deseo ver tu rostro, Señor, no servir a nadie más que a ti
Alcanzar la vida eterna, entrando por la estrecha puerta
Deseo ser uno como el Padre y tú sois uno con todos los hombres
Estar borracho de su espíritu y ser tan bueno como el Padre
Alegrarme pues mi nombre
Está en el libro de los cielos
Deseo ser el compás de tus latidos
Cantar, volar, asaltar el cielo
Hasta desear como deseas tú
Y deseo ser el compás de tus latidos
Cantar, volar, asaltar el cielo
Hasta desear como deseas tú
Deseo ser el compás de tus latidos
Cantar, volar, asaltar el cielo
Hasta desear como deseas tú
Y deseo ser el compás de tus latidos
Cantar, volar, asaltar el cielo
Hasta desear como deseas tú
La oración del discípulo
Maestro Jesús,
no he sido yo quien te ha elegido a ti,
has sido tú quien me ha llamado por mi nombre,
para que comparta contigo
los avatares del camino
de Galilea a Jerusalén.
Tú, que me explicas en la soledad
el significado de las parábolas
del Reino de Dios,
ayúdame a creer, vivir y amar el Evangelio
permaneciendo unido a ti,
como el sarmiento al tronco de la vid.
Tú me llamas a ser tu discípulo,
para que donde tú estás, allí esté yo contigo,
y para enviarme a predicar la conversión a las gentes,
y curar en tu Nombre toda enfermedad y toda dolencia,
y expulsar demonios.
Anunciando la buena noticia a los pobres,
y a los afligidos el consuelo.
Maestro, dame fortaleza y sabiduría
para renunciar a todo por ti,
que yo me esfuerce por entrar por la puerta estrecha,
y que lleve contigo la cruz de cada día,
negándome a mi mismo para seguirte.
Jesús, tú prometiste no dejarme huérfano,
yo vivo en el tiempo en que nos ha sido arrebatado el esposo,
envía sobre mi tu Espíritu Santo
que él me haga recordar tus palabras de vida,
y me haga testigo de tu Pascua
en Jerusalén, en Samaría y hasta los
confines de la tierra
Jesús, querido amigo,
viviendo contigo,
compartiendo tu vida y tu misión
quiero llegar a conocerte,
así cuando me mires a los ojos y me preguntes
no lo que los demás dicen de ti,
sino lo que yo mismo creo en mi corazón
pueda decirte con Pedro:
"Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios bendito,
el Mesías que había de venir al mundo"
Amén.
Oración de la noche:
martes 11 julio
Ven ahora (Somos Sión)
Ven ahora, Santo Espíritu,
ven y toma tu lugar.
Somos Sión, Tú eres Rey,
ven y úngenos Señor,
ven ahora, ven a mí.
Introducción
¿Cien veces más? Quizás es pronto para saber si he recibido el ciento por uno por el día de hoy. Pero seguro que lo que puedo hacer en este rato de oración, es pensar si realmente he intentado renunciar a mí mismo y entregarme a los demás a tu estilo.
Hoy termino el día recordando los momentos y las personas a las que he entregado mi vida. También intentaré recordar momentos concretos en los que he sido capaz de salir de mi comodidad y de mi egoísmo, en la búsqueda del encuentro sincero con el otro.
Himno
Tiembla el frío de los astros,
y el silencio de los montes
duerme sin fin. (Sólo el agua
de mi corazón se oye.)
Su dulce latir, ¡tan dentro!,
calladamente responde
a la soledad inmensa
de algo que late en la noche.
Somos tuyos, tuyos, tuyos;
somos, Señor, ese insomne
temblor del agua nocturna,
más limpia después que corre.
¡Agua en reposo viviente,
que vuelve a ser pura y joven
con una esperanza! (Sólo
en mi alma sonar se oye.)
Gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo: Para dar la vida
Antífona: Enséñame, ¡Oh Trinidad!, cómo es tu libre mirada. Enséñame, ¡Oh Trinidad!, pues es la más bella y preciada, la más pura de amor.
Señor, dame la valentía
de arriesgar la vida por ti,
el gozo desbordante
de gastarme en tu servicio.
Dame, Señor, alas para volar
y pies para caminar al paso de los hombres.
Entrega, Señor, entrega para «dar la vida»
desde la vida, la de cada día.
Infúndenos, Señor,
el deseo de darnos y entregarnos,
de dejar la vida
en el servicio a los débiles.
Señor, haznos constructores de tu vida,
propagadores de tu reino,
ayúdanos a poner la tienda en medio de los hombres
para llevarles el tesoro
de tu amor que salva.
Haznos, Señor, dóciles a tu Espíritu
para ser conducidos
a dar la vida desde la cruz,
desde la vida que brota
cuando el grano muere en el surco.
(Ecos del Salmo y Gloria)
Antífona: Enséñame, ¡Oh Trinidad!, cómo es tu libre mirada. Enséñame, ¡Oh Trinidad!, pues es la más bella y preciada, la más pura de amor.
Compartir en la noche
Es el momento de coger nuestro cuaderno y escribir las nuevas sensaciones del día. Empezando por pensar en aquellos momentos concretos en los que he sido capaz de salir de mi comodidad, en los que he hecho algo que me cuesta, por el otro.
Ejemplos:
También escribimos las buenas sensaciones del día.
Ejemplos:
Los que queramos, compartimos lo escrito o la experiencia del día (una palabra, una frase).
Al terminar, escuchamos la canción "Sólo en Dios".
Padre Nuestro
Oración final
Señor, cuando tenga hambre,
dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed,
dame alguien que precise agua;
Cuando sienta frío,
dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra,
dame alguien que necesita consuelo;
Cuando mi cruz parezca pesada,
déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre,
pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo,
dame alguien que precise de mis minutos;
Cuando sufra humillación,
dame ocasión para elogiar a alguien;
Cuando esté desanimado,
dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan,
dame alguien que necesite de mi comprensión;
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí,
dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mí mismo,
vuelve mi atención hacia otra persona.
Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
Dales, a través de nuestras manos,
no sólo el pan de cada día, también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo.
Madre Teresa de Calcuta
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
Amén.
Oración de la mañana:
miércoles 12 juliio
Todo (HKN)
Padre pon tu Espíritu sobre mí,
aquí estoy, aquí me tienes.
Gracias por la vida,
Que la viva siendo todo yo
Que la viva siendo todo yo.
Todo libre, todo entregado,
todo Tú, todo dado,
todo alegre, todo amante,
todo amado, todo arrodillado,
todo hijo, todo hermano,
todo padre, todo disfrutón,
todo mariano, todos por todos,
que viva todo, con toda el alma.
Introducción
Todas las llamadas del Señor son personales. Él te espera, en cada momento de tu vida, queriendo acompañarte y llevarte de la mano si te dejas.
Los deseos profundos de nuestro carnazón, son una forma en la que el Señor nos muestra el camino de felicidad que siempre pensó para nosotros. Por eso su llamada es siempre única, va sellada con tu nombre y apellidos.
De esta misma manera, el hecho de que estemos hoy aquí no es mera casualidad. Que estemos en un voluntariado, que lo estemos haciendo desde el carisma de la Hospitalidad, que empecemos el día con una oración, que compartamos con ciertas personas... es parte de la propuesta que Dios te hizo y a la que tú, cada mañana, dices "sí, te sigo".
Esta mañana, vamos a intentar comenzar a vivir desde una perspectiva de envío los retos que el Señor nos pone por delante, y que son diferentes para cada uno de nosotros. Son una misión concreta que tiene y da sentido a los deseos de nuestro corazón.
Salmo adaptado
Antífona: Pongo mi vida en tus manos, Padre mío, me abandono a Ti, haz de mí lo que quieras; estoy dispuesto a aceptarlo todo con infinita confianza, porque Tú eres mi Padre.
Ser como un grano de trigo, pequeña semilla,
que guarda en su interior la posibilidad de ser pan,
para ofrecerse, sencillo, cotidiano,
a todo el que lo necesite.
Tu nos llamas a ser semilla, Señor.
Y la semilla, que está llena de vitalidad y potencial,
debe morir a ser semilla
para convertirse en planta y crecer.
Tu vida nos muestra
que es posible morir para vivir.
Entregar todo para ser para los demás...
Pura ofrenda y donación.
Enséñanos, Señor, a entregar nuestra vida
al servicio del Evangelio y de la vida de los otros.
Enséñanos a ser semilla
para dar frutos en abundancia.
Señor, tu vida nos muestra
que la mejor tierra es la realidad de todos los días
y las necesidades de los otros.
Nos llamas a plantar nuestra semilla
en las situaciones que vivimos,
en la vida que compartimos,
en la tierra de hoy, aquí y ahora.
Queremos ser semilla de cambio y Reino
en el mundo que vivimos,
¡ayúdanos Señor!
Tu ejemplo nos enseña que el agua verdadera
es la que nace de la Palabra,
pozo de agua viva ofrecida para todos.
Enséñanos, Señor, a regar nuestras semillas con tu Palabra.
Ayúdanos a conocerla, muéstranos cómo saborear su mensaje,
para que impregne nuestra existencia y que empape nuestro caminar.
Queremos ser semillas de cambio y Reino;
y necesitamos ser fecundados
por tu Palabra. ¡Ayúdanos Señor!
(Ecos del Salmo y Gloria)
Antífona: Pongo mi vida en tus manos, Padre mío, me abandono a Ti, haz de mí lo que quieras; estoy dispuesto a aceptarlo todo con infinita confianza, porque Tú eres mi Padre.
Evangelio:
Mt 10, 1-7
En aquel tiempo, Jesús llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia.
Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, el llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo el publicano; Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el fanático, y Judas Iscariote, el que lo entregó.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:
-No vayáis a tierra de paganos ni entréis en las ciudades de Samaría, sino id a las ovejas descarriadas de Israel.
Id y proclamad que el Reino de los Cielos está cerca.
Reflexión
En esta mañana nos detenemos brevemente en el primer versículo, cuando Jesús convoca a sus discípulos y ellos acuden a Él y reciben una serie de dones que ellos jamás se hubieran imaginado. Los discípulos creían ya tenerlo todo, se sentían contentos por estar con el Maestro. Pedro, que había dejado su casa, a su suegra y su barca, se sentía feliz. Lo mismo Mateo, quien había dejado todas sus riquezas. Y así cada uno había dejado todo para seguir al Maestro... y para servirle. Ya no podían esperar otro cambio de rumbo en sus vidas… pero, ese día el Señor se notaba distinto, alegre y recogido a la vez. Les recordaba el día en que cada uno de ellos había sido llamado y les había invitado a dejar las redes y seguirle. Ya nada más podía pedirles Jesús. Sin embargo, ese día tan especial Jesús convocó a doce de los que le seguían de cerca y los envió a llevar su mensaje de amor y salvación a todos los hombres; les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad y dolencia.
Hoy Cristo nos sigue convocando para que vayamos y demos testimonio. Pero necesita de nuestra docilidad a fin de que respondamos a esta convocatoria como lo discípulos. No es una invitación de grupo, sino individual, con nombres específicos: Pedro, Juan, Mateo. Solo que hoy son nuestros nombres los que se escuchan: Sara, Valeria, Alba, Albert, Marina, Eduardo, Santiago...
No perdamos la oportunidad de estar atentos para escucharle y abiertos a lo que Él quiera de nosotros… aunque pensemos que ya no podemos dar o recibir más.
La Iglesia nos necesita para ser luz en la tierra, necesita de hombres y mujeres, laicos y consagrados para la nueva evangelización. El mismo Papa Francisco nos lo pide a los jóvenes: "sean luchadores por el bien común, sean servidores de los pobres, sean protagonistas de la revolución de la caridad y del servicio, capaces de resistir las patologías del individualismo consumista y superficial".
Que no se pierda ninguno
Llamaré, entraré, miraré, escucharé,
sonreiré
Amaré, preguntaré, acariciaré,
comprenderé, abrazaré
Verbos de la misericordia, verbos que
harán nuevo nuestro mundo
¡Que no se pierda ninguno!
¡Que no se pierda ninguno!
Te conoceré en su voz, te escucharé
en su dolor, te consolaré
Te alimentaré y acompañaré,
y en tu nombre preguntaré:
¿qué quieres que haga por ti?
Pregunta de la misericordia, pregunta
que hará nuevo nuestro mundo.
¡Que no se pierda ninguno!
¡Que no se pierda ninguno!
¡Que no se pierda ninguno!
¡Que no se pierda ninguno!
Oración final
Señor, cuando tenga hambre,
dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed,
dame alguien que precise agua;
Cuando sienta frío,
dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra,
dame alguien que necesita consuelo;
Cuando mi cruz parezca pesada,
déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre,
pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo,
dame alguien que precise de mis minutos;
Cuando sufra humillación,
dame ocasión para elogiar a alguien;
Cuando esté desanimado,
dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan,
dame alguien que necesite de mi comprensión;
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí,
dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mí mismo,
vuelve mi atención hacia otra persona.
Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
Dales, a través de nuestras manos,
no sólo el pan de cada día, también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo.
Amén
Madre Teresa de Calcuta
Oración de la noche:
miércoles 12 juliio
Ven amor de Dios
Ven Amor de Dios, inunda mi alma,
ven a mi, con fuerza y poder.
Ven Amor de Dios.
Introducción
A esta noche llego con la siguiente pregunta: ¿he sido capaz de vivir el día como un envío? ¿como una misión de entrega a los demás?
Hoy termino el día con la invitación de escuchar a Jesús que me llama por mi nombre. También intento recordar momentos concretos en los que he sido capaz de salir de mi comodidad y de mi egoísmo, en la búsqueda del encuentro sincero con el otro.
Himno
Tras las cimas más altas,
todas las noches
mi corazón te sueña,
no te conoce.
¿Entre qué manos, dime,
duerme la noche,
la música en la brisa,
mi amor en dónde?
¿La infancia de mis ojos
y el leve roce
de la sangre en mis venas,
Señor, en dónde?
Lo mismo que las nubes,
y más veloces,
¿las horas de mi infancia,
Señor, en dónde?
Tras las cimas más altas,
todas las noches,
mi corazón te sueña,
no te conoce.
Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo. Amén.
Salmo: Es bueno darte gracias
Antífona: Sí, tú eres el Rey, el Rey de mi vida, el número uno en mi corazón. A ti yo te rindo todo lo que soy, si tu eres el Rey.
Es bueno darte gracias, Señor Dios nuestro;
es bueno cantar salmos a tu nombre único y maravilloso;
es bueno proclamar tu amor por la mañana, muy temprano,
y reconocer tu lealtad y fidelidad por las noches.
Nosotros reunidos te cantamos con el corazón lleno de júbilo,
porque nuestras vidas están llenas de tu ternura paso a paso;
nosotras te cantamos porque eres bueno y compasivo cada día
con aquél que te busca con un corazón sincero y transparente.
Tú nos alegras la existencia y nos llenas de tu fuerza,
al saber que nos cubres con tu manto y nos quieres como a hijos.
Tus obras son la alegría de nuestro corazón
y nos llenas de entusiasmo , de energía y fortaleza.
Ante las obras de tus manos gritamos con el corazón en fiesta:
¡Qué grandes tus hazañas, qué grandes tus proezas con tu pueblo;
qué maravillas has realizado a lo largo de la marcha,
con quienes sacaste de la opresión y pusiste en camino!
No dejes, Señor, que los agentes del mal destruyan la tierra salida de tus manos.
Derriba del poder a los que se aprovechan de los pequeños
y levanta, Señor, a quien vive aplastado, destruido, oprimido.
Haz que florezcan los hombres y mujeres justos,
que crezcan como palmeras y que den fruto;
que sus vidas se llenen de flores como almendro en primavera
y que sean fecundos como el trigal hecho mies dorada.
Señor de la vida, Señor del ser humano, Señor de lo que vive:
danos respeto profundo a todo lo que has creado
y capacidad de acoger las semillas de vida y dejarlas crecer.
Tu amor desde la mañana; tu lealtad aún por las noches,
nos enseñan a vivir gozosas y felices en esta vida,
anunciando a todos que tú te preocupas por nosotros,
que nos quieres y eres leal y fiel en tu alianza.
(Ecos del Salmo y Gloria)
Antífona: Sí, tú eres el Rey, el Rey de mi vida, el número uno en mi corazón. A ti yo te rindo todo lo que soy, si tu eres el Rey.
Compartir en la noche
Es el momento de coger nuestro cuaderno y escribir las nuevas sensaciones del día. Empezando por pensar en aquellos momentos concretos en los que he sido capaz de salir de mi comodidad, en los que he hecho algo que me cuesta, por el otro.
Ejemplos:
También escribimos las buenas sensaciones del día.
Ejemplos:
Los que queramos, compartimos lo escrito o la experiencia del día (una palabra, una frase).
Al terminar, escuchamos la canción "Sólo en Dios".
Padre Nuestro
Oración final
Gracias por este día que acaba y está
ya más en tu regazo que en el mío.
Dejo tareas, trabajo, sueños, proyectos, preocupaciones
no sé si en tu artesa o en tu horno,
para que sigan fermentando y dorándose.
Gracias, porque una vez más es posible
seguir creyendo, seguir pensando,
seguir soñando, seguir viviendo,
seguir combatiendo por un mundo mejor...
a pesar de nuestros triunfos y tropiezos.
Porque te dices amor y sostienes la esperanza,
porque es segura y fiel tu alianza,
porque has estado presente durante el día,
porque vas a velar este descanso necesario,
gracias, Dios amigo, Padre y Madre
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
Amén.
Oración de la mañana:
jueves 13 juliio
Todo (HKN)
Padre pon tu Espíritu sobre mí,
aquí estoy, aquí me tienes.
Gracias por la vida,
Que la viva siendo todo yo
Que la viva siendo todo yo.
Todo libre, todo entregado,
todo Tú, todo dado,
todo alegre, todo amante,
todo amado, todo arrodillado,
todo hijo, todo hermano,
todo padre, todo disfrutón,
todo mariano, todos por todos,
que viva todo, con toda el alma.
Introducción
Llegamos al ecuador de esta semana de Experiencia Hospitalaria que el Señor nos ha regalado a cada uno.
Es importante que, recordando aquella llamada de Hospitalidad que nos hacía en la primera oración ("A mí me lo hicisteis"), vivamos en el día a día, en la entrega cotidiana, y en el servicio desinteresado a los demás. Tanto con los usuarios y personal del centro, como con esta pequeña comunidad que estamos viviendo y compartiendo.
Salmo: Bendito seas, Señor
Antífona: He venido para que viváis y viváis en abundancia; he venido para que tengáis una vida en plenitud.
Bendito seas, Señor, por todas las maravillas que has creado
que nos hablan de tu inmensa ternura,
de tu gran cariño hacia todos los hombres y mujeres de la tierra.
Bendito seas, Señor, por la gente buena que te hace presente,
por la risa de los niños y la gente feliz
y por el canto de los pájaros en cada mañana.
Bendito seas por los abogados honrados
que tratan de no dejarse comprar.
Bendito seas por los que cuidan con amor al moribundo,
por los que están junto a los pobres y los defienden
y por los que saben darse enteramente.
Bendito seas por los que ríen y hacen reír;
por los que contagian simpatía y ganas de vivir
y por los que tratan de superar la amargura.
Bendito seas por las personas que piensan y nos ayudan a pensar;
por los que no calculan en su entrega a los demás
y por los que comparten hasta lo que necesitan.
Bendito seas por los que creen en un mundo Nuevo y justo;
por los que sueñan y no se avergüenzan de ello
y por los que aman a los demás y lo manifiestan.
Bendito seas por los que creen que la violencia no es camino;
por los que aman la paz a fuerza de tratar de construirla
y por los que han sufrido y sufren tratando de no odiar.
Bendito seas por habernos dado señales de tu amor;
por acompañarnos siempre en todo
y porque podemos contar contigo en cualquier necesidad.
(Ecos del Salmo y Gloria)
Antífona: He venido para que viváis y viváis en abundancia; he venido para que tengáis una vida en plenitud.
Evangelio:
Mt 10, 7-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus Apóstoles:
-Id y proclamad que el Reino de los Cielos está cerca: Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios.
Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.
No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni otra túnica, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en un pueblo o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en una casa saludad; si la casa se lo merece, la paz que le deseáis vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros.
Si alguno no os recibe o no os escucha, al salir de su casa o del pueblo, sacudid el polvo de los pies.
Reflexión
La elección de los doce por Jesús es tal vez la más desconcertante decisión. ¿No podría haber hecho una mejor elección? Sin embargo, al final estaban listos para obedecer su más atrevido encargo de llevar el evangelio a todo el mundo: Él hizo la elección correcta. El evangelio nos muestra el cuidado que puso para prepararlos bien para su misión.
Los llamó para él y los envió a otros. No podemos ser verdaderos discípulos de Jesús sin ser apóstoles para los demás. La misión es la misma que Jesús recibe del Padre: anda y dile a todos la buena noticia de que el reino de Dios está cerca; sana a todos los que lo necesitan y participa en la lucha contra el mal. Pido la gracia de no ser sordo a la llamada a ser discípulo y apóstol.
“Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.”. ¿Qué es lo que yo puedo dar, que no requiere pago por ambas partes? ¿Mi tiempo? ¿Mi experiencia? ¿Mis regalos? ¿Mi perdón? Le puedo conceder a otros mi paciencia y cariño. ¿Puedo rogar para que la persona que recibe de mí, trasmita a otro la gracia de dar, y a quien sea que yo perdone, perdone a su vez a algún otro?
Jesús quiere un discipulado libre de todo cálculo y medida. Me invita a verme como alguien que da gratuitamente el bien que he recibido. Yo ofrezco a otros lo que he recibido de Dios, sabiendo que no me ha costado nada y recordando que otras personas se pueden beneficiar con mi entrega.
Por eso, en esta oración de la mañana, destino un tiempo para permitir que Dios me dé lo que necesito, de manera que pueda darlo, no de mis propios recursos, sino de lo que he recibido gratuitamente.
Vértigo
Quiero encontrarte
Quiero contarte mis planes, hacerte reír. Quiero maravillarme
Quiero saber mirarte en la puesta de
Quiero lo que Tú quieras
Quiero la fuerza que tienes para conquistar
Y a veces tengo vértigo,
no consigo apreciar
que sobran las palabras,
Basta con suspirar.
Quiero entregarme
Quiero un mar de ilusiones poder navegar
Quiero abrirte la puerta
Quiero dejar que
Tú seas la luz que hay en mí.
Y a veces tengo vértigo,
no consigo apreciar
que sobran las palabras,
Basta con suspirar.
A que sobran las palabras,
Basta con suspirar.
Y a veces tengo vértigo,
no consigo apreciar
que sobran las palabras,
Basta con suspirar.
Oración final
Nos has mostrado con tu ejemplo, Señor,
que es posible vivir para los demás.
Tu vida es un espejo fiel donde mirarnos para descubrir cuánto nos falta cambiar
y cuánto todavía podemos dar a los demás.
Tú saliste a recorrer los caminos
para ir al encuentro del necesitado y el excluido.
Tú acogiste a los despreciados
y a los que todos marginaban
Tú atendiste las necesidades del pueblo, sanaste sus enfermedades,
les enseñaste a compartir el pan, y vivir unidos.
Tú ofreciste tu vida hasta el final, hasta entregarla por amor y pura donación,
para que todos vivamos más y mejor, y podamos alcanzar la vida verdadera.
Señor del servicio, muéstranos el camino
que lleva a darlo todo por los demás.
Ayúdanos a tener tus mismos sentimientos,
preocupaciones y opciones.
Haz que atendamos las necesidades, sufrimientos y esperanzas de nuestro pueblo.
Haznos cercanos y hermanos de todos.
Enséñanos a vivir pensando primero en el otro, enséñanos a vivir como verdaderos servidores,
dispuestos, generosos, alegres y fraternos con todos, Señor, con todos.
Amén.
Oración de la noche:
jueves 13 juliio
Ven ahora (Somos Sión)
Ven ahora, Santo Espíritu,
ven y toma tu lugar.
Somos Sión, Tú eres Rey,
ven y úngenos Señor,
ven ahora, ven a mí.
Introducción
Al final del día, venimos ante Ti para ofrecer nuestro corazón y nuestra vida.
Lo que hemos visto, oído y vivido, lo compartimos y lo rezamos para que se haga experiencia de tu amor en nuestra vida.
Himno
Como el niño que no sabe dormirse
sin cogerse a la mano de su madre,
así mi corazón viene a ponerse
sobre tus manos, al caer la tarde.
Como el niño que sabe que alguien vela
su sueño de inocencia y esperanza,
así descansará mi alma segura
sabiendo que eres tú quien nos aguarda.
Tú endulzarás mi última amargura,
tú aliviarás el último cansancio,
tú cuidarás los sueños de la noche,
tú borrarás las huellas de mi llanto.
Tú nos darás mañana nuevamente
la antorcha de la luz y la alegría,
y, por las horas que te traigo muertas,
tú me darás una mañana viva. Amén.
Salmo. Dichosos los que saben entregar la vida
Antífona: Déjame, oír tu voz, que tu palabra, resuene en mi interior. Acalla mi alma y llénala de ti, déjame, oír tu voz.
¡Dichoso quien cuida del pobre y débil!
¡Dichoso quien tiende su mano al necesitado!
¡Dichoso quien no sabe negar una ayuda!
Porque Dios no se olvidará de esa persona
y en su memoria quedarán grabadas todas sus buenas acciones.
El Señor se fijará en él y nunca le abandonará, ni le dejará solo.
Porque supo escuchar su Palabra
y su llamada que invita a amarle a él y al prójimo.
¡Dichosos, sí, los que hagan de su vida una entrega a los demás!
¡Dichosos quienes no tienen miedo a arriesgar todo por el Reino!
¡Dichosos los que viven teniendo presente a Dios y al hermano,
porque el hombre es camino de encuentro con Dios.
Yo sé, Señor, que mi vida debe ser para los demás.
Yo sé, Señor, y tantas veces lo he oído,
que hay que pensar en los pobres y necesitados.
Sé también que esos pobres no son sólo los que tienen falta de dinero,
los faltos de comodidad y de comida,
sino también otros muy cercanos a mí mismo.
Son compañeros de camino que buscan cariño;
amigos necesitados de una palabra de aliento.
Sí, Señor, lo sé, pero con eso no basta.
Por eso quiero hacer realidad en mi vida
aquello que muchas veces sólo existe en mi pensamiento.
Señor, ayúdame, porque quiero desterrar de mi corazón
todo este egoísmo que a veces me envuelve por dentro.
Señor, dame fuerzas; que no fracase en mi intento.
Tú sabes que me duele ver tantos buenos deseos
que luego quedan frustrados y terminan en palabras vacías y huecas.
(Ecos del Salmo y Gloria)
Antífona: Déjame, oír tu voz, que tu palabra, resuene en mi interior. Acalla mi alma y llénala de ti, déjame, oír tu voz.
Compartir en la noche
En este rato vamos a pensar en rostros y personas concretas, donde hemos podido ver a Jesús hoy.
Puede ser en algún hermano de la comunidad, en algún compañero de esta experiencia, en mi unidad de San Ricardo, Santa Ana... O quizás ha sido en Xavi, en Kevin, en Joan, en Omar, en las educadoras del centro que hemos visitado...
Pienso en sus rostros y nombres y doy gracias a Dios por permitirme verle en el que está sufriendo y en el que ejerce la Hospitalidad.
Quien quiera, puede compartirlo, o también cualquier otro momento del día.
Al terminar, escuchamos la canción "En ti perfecto".
Padre Nuestro
Oración final
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:
Donde haya odio, que yo lleve el amor;
Donde haya ofensa, que yo lleve el perdón;
Donde haya discordia, que yo lleve la unión;
Donde haya error, que yo lleve la verdad;
Donde haya duda, que yo lleve la fe;
Donde haya desesperación, que yo lleve la esperanza;
Donde haya tinieblas, que yo lleve la luz;
Donde haya tristeza, que yo lleve la alegría.
Oh Divino Maestro,
Concédeme que no busque tanto ser consolado como consolar;
Ser comprendido como comprender;
Ser amado como amar.
Porque es dando que se recibe,
Es perdonando que se es perdonado,
Y es muriendo que se resucita a la vida eterna.
(San Francisco de Asís)
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
Amén.
Oración de la mañana:
viernes 14 juliio
Todo (HKN)
Padre pon tu Espíritu sobre mí,
aquí estoy, aquí me tienes.
Gracias por la vida,
Que la viva siendo todo yo
Que la viva siendo todo yo.
Todo libre, todo entregado,
todo Tú, todo dado,
todo alegre, todo amante,
todo amado, todo arrodillado,
todo hijo, todo hermano,
todo padre, todo disfrutón,
todo mariano, todos por todos,
que viva todo, con toda el alma.
Introducción
Este viernes nos recuerda que la Experiencia Hospitalaria amenaza con llegar a su fin, pero no nos engañemos, aún queda mucha mucha Hospitalidad por delante.
Continuamos profundizando en nuestra experiencia de voluntariado, al mismo tiempo que abrimos nuestro corazón para que, a través de una visita al mundo del sinhogarismo, nuestra mirada quede completamente transformada.
Con el evangelio del día, de mateo, Jesús insiste en llamarnos a seguirle de forma incondicional, a pesar de las dificultades que podremos encontrar en nuestro camino.
Salmo: Vivir en estado de misión
Antífona: Más allá de mis miedos, más allá de mi inseguridad, quiero darte mi respuesta: Aquí estoy para hacer tu voluntad, para que mi amor sea decirte “sí” hasta el final.
Nos pides ir a los otros, salir de nuestras comodidades,
afrontar los riesgos de la intemperie,
para vivir en estado de misión.
«Id» es tu mandato, para anunciar el Reino y su presencia.
Para ser signos de Evangelio y hermanos de todos.
«Id» es tu enseñanza, abriendo camino para el paso del sembrador, adelante tuyo,
eco y mensaje del que va a venir porque ya está-con-nosotros.
«Id» es tu ejemplo, de dos en dos, caminata compartida,
vivencia comunitaria, testimonio fraterno, aprendiendo juntos.
«Id» aunque sean pocos, porque el Reino es levadura,
y somos llamados a ser fermento en la masa...
aporte sencillo y humilde, «humus» que fertilice y renueve.
«Id», atentos y preparados, habrá conflicto y dificultad,
presencia de la cruz, que es garantía de seguimiento fiel.
«Si quieres seguirme...»
«Id» en sencillez real, empobrecidos por el Reino para vivir sin aferrarse y aprender a confiar,
Dios está, provee, cuida y protege sólo Dios basta.
«Id» nos invitas mirando al corazón y descubriéndonos que podemos,
si nos animamos, si nos unimos, si nos des-instalamos de nuestras seguridades
para vivir, como tú, en estado de misión.
(Ecos del Salmo y Gloria)
Antífona: Más allá de mis miedos, más allá de mi inseguridad, quiero darte mi respuesta: Aquí estoy para hacer tu voluntad, para que mi amor sea decirte “sí” hasta el final.
Evangelio:
Mt 10, 16-23
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus Apóstoles:
-Mirad que os mando como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas.
Pero no os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles.
Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.
Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán.
Todos os odiarán por mi nombre: el que persevere hasta el final, se salvará.
Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra.
Creedme, no terminaréis con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo del Hombre.
Reflexión
Jesús no nos permite idealizar la vida del discípulo: nos dice que será difícil, advirtiéndonos con sus palabras y sus ejemplos. Rezo para pedir la sabiduría de escuchar la plenitud de las palabras de Jesús, apreciando su significado y descubriendo su llamada.
“Mirad que os mando como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas.”
Estas palabras suenan tan verdaderas... Pido el gran don de ser tanto sabio como inocente al mismo tiempo.
Deseo poder estar atento a las necesidades de los que me rodean, de responder a las injusticias, y de luchar contra el mal con astucia e inteligencia. Pero también pido una mirada inocente y sencilla, que me permita el encuentro con la persona, y no con sus decisiones, circunstancias ni nada externo. Sólo quiero ver al otro tal y como lo miraría Jesús: con amor profundo.
“El que persevere hasta el final, se salvará”.
Ahora, delante de Jesús, me descubro muy inconstante, débil y a veces con pocas fuerzas para no rendirme. Pido la gracia de ser firme para poder soportar el sufrimiento y el aburrimiento sin renunciar.
El compromiso con Jesús es de largo plazo. En tiempos difíciles recibiré su ayuda, y mis convicciones acerca de Él pueden llevarme a un conflicto, incluso con los más cercanos. Se nos compara con las ovejas, las que encuentran su camino entre los lobos si es que siguen al pastor. Mantenemos nuestra vista en el Señor que nos guía en el camino.
Jesús espera que nosotros vivamos fuera de nuestra zona confortable. Él nos desafía a defender nuestra fe. Jesús lo dice tal como es. Aquí no hay dulces de colores ni algodón de azúcar. Tengo que preguntarle al Señor: “¿Estoy yo dispuesto a aceptar dificultades por seguirte?”. Señor, por favor, fortalece mi fe, y dame el coraje para que yo no tenga temor de las consecuencias de hacer tu voluntad.
Jesús impulsa a sus discípulos a perseverar, a enfrentar la persecución y los juicios que deberán enfrentar mientras anuncien la Buena Nueva. Él les asegura que ellos no necesitan preocuparse, porque "el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros".
Señor, envía a tu Espíritu Divino cuando me siento agobiado por las luchas y persecuciones en mi vida. Ayúdame a confiar en el poder de tu Espíritu, la vida misma de Dios dentro de mí, el cual me guía hacia los caminos de la verdad y el amor.
Tu misericordia
El día al día le pasa su mensaje,
la noche a la noche se lo susurra.
Tu misericordia, Señor, llena la tierra,
úsame para llevarla a cada rincón.
Llevaré tu misericordia a la universidad
y entraré en el corazón de cada amigo,
y con la fuerza del espíritu diré
La misericordia
ha entrado en esta casa
La misericordia
ha entrado en esta casa
Levántate y anda.
Llevaré tu misericordia a la universidad
y entraré en el corazón de cada amigo,
y con la fuerza del espíritu diré
La misericordia
ha entrado en esta casa
La misericordia
ha entrado en esta casa
Levántate y anda.
Dame bendición para cualquiera.
No me importa sangrar,
solo quiero que
de tu amor sin límites,
que tu ser nos sane.
Úsame para traer
hoy tu ternura.
Que mis ojos vean todo belleza,
descubriendo, el rostro de cada uno.
Que mis oídos escuchen los gritos
mudos del prójimo.
Que mi boca, manos y pies
transmitan tu ternura.
Y que mi corazón
sienta en carne viva ,
sienta en carne viva,
sienta en carne viva.
La misericordia
ha entrado en esta casa
La misericordia
ha entrado en esta casa
Levántate y anda.
La oración del discípulo
Maestro Jesús,
no he sido yo quien te ha elegido a ti,
has sido tú quien me ha llamado por mi nombre,
para que comparta contigo
los avatares del camino
de Galilea a Jerusalén.
Tú, que me explicas en la soledad
el significado de las parábolas
del Reino de Dios,
ayúdame a creer, vivir y amar el Evangelio
permaneciendo unido a ti,
como el sarmiento al tronco de la vid.
Tú me llamas a ser tu discípulo,
para que donde tú estás, allí esté yo contigo,
y para enviarme a predicar la conversión a las gentes,
y curar en tu Nombre toda enfermedad y toda dolencia,
y expulsar demonios.
Anunciando la buena noticia a los pobres,
y a los afligidos el consuelo.
Maestro, dame fortaleza y sabiduría
para renunciar a todo por ti,
que yo me esfuerce por entrar por la puerta estrecha,
y que lleve contigo la cruz de cada día,
negándome a mi mismo para seguirte.
Jesús, tú prometiste no dejarme huérfano,
yo vivo en el tiempo en que nos ha sido arrebatado el esposo,
envía sobre mi tu Espíritu Santo
que él me haga recordar tus palabras de vida,
y me haga testigo de tu Pascua
en Jerusalén, en Samaría y hasta los
confines de la tierra
Jesús, querido amigo,
viviendo contigo,
compartiendo tu vida y tu misión
quiero llegar a conocerte,
así cuando me mires a los ojos y me preguntes
no lo que los demás dicen de ti,
sino lo que yo mismo creo en mi corazón
pueda decirte con Pedro:
"Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios bendito,
el Mesías que había de venir al mundo"
Amén.
Oración de la noche:
viernes 14 juliio
Ven amor de Dios
Ven Amor de Dios, inunda mi alma,
ven a mi, con fuerza y poder.
Ven Amor de Dios.
Himno
Antes de cerrar los ojos,
los labios y el corazón,
al final de la jornada,
¡buenas noches!, Padre Dios.
Gracias por todas las gracias
que nos ha dado tu amor;
si muchas son nuestras deudas,
infinito es tu perdón.
Mañana te serviremos,
en tu presencia mejor.
A la sombra de tus alas,
Padre nuestro, abríganos.
Quédate junto a nosotros
y danos tu bendición.
Antes de cerrar los ojos,
los labios y el corazón,
al final de la jornada,
¡buenas noches!, Padre Dios.
Gloria al Padre omnipotente,
gloria al Hijo Redentor,
gloria al Espíritu Santo:
tres Personas, sólo un Dios. Amén.
Salmo: La Roca
Antífona: Sólo en Dios descansa mi alma porque de Él viene mi salvación. Sólo es mi roca y mi alcázar; junto a Él no vacilaré.
Llegan las lluvias y los torrentes,
soplan la tempestad y los vientos.
Pero tu casa inquebrantable
permanece firme sobre la roca.
Tú oyes la brisa ligera,
Dios habla en lo profundo del valle.
Tú has construido la vida como buen albañil;
pero nosotros hemos de tallar la roca,
edificar la casa.
Enseñaste a amar a Jesús y a María, nuestra Madre,
anunciaste el evangelio para gloria del Padre.
A lo largo de tu vida reconstruyes la Iglesia,
profeta y siervo de la tierra prometida.
A Jesús por María, esa es tu divisa
para trazar los caminos del reino que ya llega.
Hoy tú estás para abrirnos el mundo;
Dios junto a los hombres en una obra fecunda.
Jesús mío, tú eres mi Roca.
Tu confianza y fe son tu única pasión.
Así has construido la casa de tus hermanos;
y tus discípulos se convierten
en constructores sin fronteras.
Cuando algunos me dicen
que no hay nada más allá de lo que veo,
entonces entiendo que estás presente
en cada cosa.
Jesús mío, sostén mi vida,
porque tú eres mi Roca.
(Ecos del Salmo y Gloria)
Antífona: Sólo en Dios descansa mi alma porque de Él viene mi salvación. Sólo es mi roca y mi alcázar; junto a Él no vacilaré.
Padre Nuestro
Oración final
Hay ocasiones en que te siento fuerte en mí.
Otras en que no me siento capaz de nada.
Días en que Tú eres mi fortaleza, mi baluarte,
mi roca, mi seguridad, mi resurrección;
otras en que eres mi grito, mi llanto, mi cruz y mi herida.
Y otras en que ni te siento.
Hay días en que creo que mis brazos pueden ser refugio y casa
para acoger a quien se sienta hambriento de prójimo.
Y otras en que esos brazos míos ni se levantan para pedir ayuda.
Dame tu fuerza y firmeza para que siempre viva fundamentado en ti.
Tú que vives y reinas por lo siglos de los siglos. Amén
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
Amén.
Oración de la mañana:
sábado 15 juliio
Todo (HKN)
Padre pon tu Espíritu sobre mí,
aquí estoy, aquí me tienes.
Gracias por la vida,
Que la viva siendo todo yo
Que la viva siendo todo yo.
Todo libre, todo entregado,
todo Tú, todo dado,
todo alegre, todo amante,
todo amado, todo arrodillado,
todo hijo, todo hermano,
todo padre, todo disfrutón,
todo mariano, todos por todos,
que viva todo, con toda el alma.
Introducción
Con esta oración de la mañana comenzamos a recoger los frutos que hayamos podido dejar al Señor sembrar en nuestro corazón.
Tenemos todo el día, quizás porque ya nos despedimos, o quizás porque vamos a pasar un día diferente de compartir; pero, sea como sea, tenemos mucho para expresar y ordenar.
En los ratos que tengamos hoy, os invitaremos a reflexionar sobre tres realidades de las que he vivido:
Salmo del seguimiento
Antífona: Más allá de mis miedos, más allá de mi inseguridad, quiero darte mi respuesta: Aquí estoy para hacer tu voluntad, para que mi amor sea decirte “sí” hasta el final.
Iré detrás de ti, si tú vienes a mí
buscando horizontes más amplios para volar.
Iré a enseñar a todos que tú eres libertad,
que sólo en ti se encuentra el manantial,
la felicidad, la verdadera paz.
Iré siempre en tu nombre despojado de mis cosas,
buscando en la noche, sediento de tu amor.
Iré a decirles a todos que tú eres alegría,
la eterna oferta de un amor total.
Iré a buscar camino detrás de cada lucha,
donde los hombres sufren su llanto y soledad.
Iré si tú me llamas a ser siempre tu amigo
sin importarme nada, pues tú eres mi caminar.
Iré diciendo a todos, iré contando siempre,
iré entre los hombres gritando la verdad.
(Ecos del Salmo y Gloria)
Antífona: Más allá de mis miedos, más allá de mi inseguridad, quiero darte mi respuesta: Aquí estoy para hacer tu voluntad, para que mi amor sea decirte “sí” hasta el final.
Evangelio:
Mt 10, 24-33
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus Apóstoles:
-Un discípulo no es más que su maestro, ni un esclavo más que su amo; ya le basta al discípulo con ser como su maestro, y al esclavo como su amo.
Si al dueño de la casa lo han llamado Belzebú, ¡cuánto más a los criados!
No les tengáis miedo, porque nada hay cubierto, que no llegue a descubrirse; nada hay escondido, que no llegue a saberse.
Lo que os digo de noche, decidlo en pleno día, y lo que os digo al oído, pregonadlo desde la azotea.
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo: no hay comparación entre vosotros y los gorriones.
Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.
Reflexión
Hoy Jesús nos presenta diversas instrucciones respecto al comportamiento que los discípulos deben adoptar durante el ejercicio de su misión.
Lo que más llama la atención son dos advertencias: la frecuencia con que Jesús alude a las persecuciones y a los sufrimientos que tendrán y la insistencia tres veces repetida para los discípulos, invitándolos a no tener miedo.
Les aclara que un discípulo tiene que imitar la vida del maestro y participar con él en las privaciones, esto forma parte del discipulado. “No está el discípulo por encima del maestro, ni el siervo por encima de su amo. Le basta al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su amo.”. Por tanto, el discípulo de Jesús deberá preocuparse seriamente sólo en caso de que no le aparezca ninguna persecución y dificultad en su vida. No tener miedo a decir la verdad. Los discípulos no deben tener miedo a los perseguidores.
Los discípulos no deben tener miedo a los que matan el cuerpo, los torturadores pueden matar el cuerpo, pero no consiguen matar la libertad y el espíritu. Deben tener miedo, esto sí, a que el miedo al sufrimiento los lleve a esconder o a negar la verdad y, así, dar la espalda a Dios. Porque quien se aleja de Dios, se arriesga a perderse. No tener miedo, sino tener confianza en que Dios provee "vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados". No tener vergüenza de dar testimonio de Jesús, cada uno de la forma en que se sienta llamado. Al final, Jesús resume todo en esta frase: “Por todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos; pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos."
Siempre imaginé
Siempre imaginé
la felicidad ligada al poder y a la comodidad.
Siempre imaginé
la felicidad ligada a mis sueños cumplidos.
No sabía que la felicidad era así
Miembro de un pueblo, tengo familia
Ciudadano del cielo y de estirpe elegida
De nación, piedra de iglesia, que habita en Jerusalén
Oreja del divino redil
A quien el pastor señala y susurra
Estos son mi padre y mis hermanos,
soy de tu familia
Que bonita es tú Iglesia
Siempre imaginé
la felicidad ligada al poder y a la comodidad
Siempre imaginé
la felicidad ligada a mis sueños cumplidos
No sabía que la felicidad está aquí
Aquí y no allí, ahora y no mañana
En lo que hago y no en lo que queda por hacer
Dentro de mí el sabe que me amas
Serte fiel y no, entender o poseer
Aquí la noche está como el día
Lugar desde el que me miras y me susurras
Cuanto te he esperado, soy de tu familia
Que bonita es tu Iglesia
Riéndome de mi autosuficiencia
Contigo pan blanco que me susurras
Sed uno como el Padre y yo
Porque soy de tu familia
Que bonita es
Estos son mi madre y mis hermanos, soy de tu familia
Que bonita es, tu Iglesia
Oración final
Hay ocasiones en que te siento fuerte en mí.
Otras en que no me siento capaz de nada.
Días en que Tú eres mi fortaleza, mi baluarte,
mi roca, mi seguridad, mi resurrección;
otras en que eres mi grito, mi llanto, mi cruz y mi herida.
Y otras en que ni te siento.
Hay días en que creo que mis brazos pueden ser refugio y casa
para acoger a quien se sienta hambriento de prójimo.
Y otras en que esos brazos míos ni se levantan para pedir ayuda.
Dame tu fuerza y firmeza para que siempre viva fundamentado en ti.
Tú que vives y reinas por lo siglos de los siglos.
Amén
Oración de la noche:
sábado 15 juliio
No adoréis
No adoréis a nadie, a nadie más que a Él
No adoréis a nadie, a nadie más que a Él
no adoréis a nadie, a nadie más
no adoréis a nadie, a nadie más
no adoréis a nadie, a nadie más que a Él.
No pongáis los ojos en nadie más que en Él,
No pongáis los ojos en nadie más que en Él,
no pongáis los ojos en nadie más
no pongáis los ojos en nadie más
no pongáis los ojos en nadie más que en Él.
Porque sólo Él os puede sostener
Porque sólo Él os puede sostener
no adoréis a nadie, a nadie más
no adoréis a nadie, a nadie más
no adoréis a nadie, a nadie más que a Él.
Introducción
Si el motor y el fin de toda la vida es el Amor de Dios, la forma en la que ese amor se manifiesta y se alimenta es a través del amor a los demás y del deseo de reconocerles como hermanos y de servirles. Ese debe ser el criterio de nuestra vida y nuestro actuar. Que, en nuestra familia, en nuestros estudios, en nuestras actividades, nuestras relaciones personales, esté siempre presente la misericordia.
Decidirse a vivir así, en clave de hospitalidad, tiene un efecto inmediato en nuestra vida y en todas nuestras relaciones, tanto con los demás, como con Dios.
Sin embargo, esta forma de vivir, requiere poner en juego todas nuestras capacidades y talentos, y estar abiertos y dispuestos a recibir aquellos que Dios nos quiera regalar por medio de su Espíritu.
Usemos y disfrutemos de nuestra libertad para llenar nuestra vida de un nuevo color, al descubrir esta nueva manera de vivir, escapando del egoísmo, el enfado, la soberbia y dejándonos seducir por la mirada mansa y humilde de Jesús.
Nadie te ama como yo
Cuánto he esperado este momento,
cuanto he esperado que estuvieras así,
cuánto he esperado que me hablaras,
cuánto he esperado que vinieras a mí.
Yo sé bien lo que has vivido,
se también porque has llorado,
yo sé bien lo que has sufrido,
pues de tu lado no me he ido.
Pues nadie te ama como yo,
pues nadie te ama, como yo,
mira la cruz, esa es mi más grande prueba,
nadie te ama como yo.
Pues nadie te ama como yo,
pues nadie te ama, como yo,
mira la cruz, fue por ti fue porque te amo,
nadie te ama, como yo
yo se bien lo que me dices,
aunque a veces no me hables,
se muy bien lo que en ti sientes,
aunque nunca lo compartes.
Yo a tu lado he caminado,
junto a ti yo siempre he ido,
y algunas veces te he cargado,
yo he sido tu mejor amigo.
Pues nadie te ama como yo,
pues nadie te ama, como yo,
mira la cruz, esa es mi más grande prueba,
nadie te ama como yo.
Pues nadie te ama como yo,
pues nadie te ama, como yo,
mira la cruz, fue por ti fue porque te amo,
nadie te ama, como yo
Lectura Evangélica:
I Pedro 4, 7-11
Se acerca el fin del universo: sed, pues, sobrios y moderados para poder orar. Ante todo, mantened tenso el amor mutuo, pues el amor cubre una multitud de pecados. Practicad la hospitalidad mutua sin murmurar. Cada uno, como buen administrador de la multiforme gracia de Dios, ponga al servicio de los demás el carisma que haya recibido. Si habla: como si pronunciara oráculos de Dios; si sirve: como con la fuerza que Dios otorga; de modo que en todo sea glorificado Dios por medio de Jesucristo. A quien corresponde la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
Qué bien se está cuando se está bien
Qué bien se está cuando se está bien
Tú me lo has enseñado
Y tengo prisa en amarte
¡Qué bien se está contigo!
Qué bien se está cuando se está bien
Tú me lo has enseñado
Y tengo prisa en amarte
¡Qué bien se está contigo!
Amando, adorándote, Señor
Riendo, sirviendo con amor
Consolado en mi interior
Arrodillado ante ti, ante el hermano
Ante Cristdisfrazado del que sufre en soledad
Arrodillado ante los pobres de las "Calcutas" de mi ciudad
Ante los pobres que visten a la moda, pobres de falsedad
Arrodillado ante universitarios sedientos de amor
Qué bien se está cuando se está bien
Tú me lo has enseñado
Y tengo prisa en amarte
¡Qué bien se está contigo!
Qué bien se está cuando se está bien
Tú me lo has enseñado
Y tengo prisa en amarte
¡Qué bien se está contigo!
Quiero qe me gustes más, Señor
Que me atraigas tú
Que me seduzcas, que me enamores tú
Que resultes irresistible
Que seas mi único tesoro, Tú, el más bello de los hombres
Arrodillado ante los pobres de las "Calcutas" de mi ciudad
Ante los pobres que visten a la moda, pobres de falsedad
Arrodillado ante universitarios sedientos de amor
Qué bien se está cuando se está bien
Tú me lo has enseñado
Y tengo prisa en amarte
¡Qué bien se está contigo!
Qué bien se está cuando se está bien
Tú me lo has enseñado
Y tengo prisa en amarte
¡Qué bien se está contigo!
No olvidaré tus cinco palabras: "A mí me lo hicisteis"
Gracias, porque puedo confiar en ti Señor, mi Dios
Qué bien se está cuando se está bien
Tú me lo has enseñado
Y tengo prisa en amarte
¡Qué bien se está contigo!
Qué bien se está cuando se está bien
Tú me lo has enseñado
Y tengo prisa en amarte
¡Qué bien se está contigo!
Él vendrá y te salvará
Dile a quien sufre en su soledad:
No debes temer,
Pues el Señor, tu Dios poderoso,
Cuando invoques su nombre,
Él te salvará
Él vendrá y te salvará,
Él vendrá y te salvará.
Dile al cansado que
Él pronto volverá.
Él vendrá y te salvará.
Él vendrá y te salvará,
Él vendrá y te salvará.
Alza tus ojos hoy,
Él te levantará,
Él vendrá y te salvará
Dile a quién tiene herido el corazón
No pierdas la fe
Pues el Señor tu Dios, con su gran amor, Cuando invoques su nombre,
Él te salvará
Él vendrá y te salvará,
Él vendrá y te salvará.
Dile al cansado que
Él pronto volverá.
Él vendrá y te salvará.
Él vendrá y te salvará,
Él vendrá y te salvará.
Alza tus ojos hoy,
Él te levantará,
Él vendrá y te salvará
Gesto
En este momento, dejamos un tiempo para que cada uno pueda coger un papel y, desde la experiencia vivida en esta semana y lo escuchando en lo profundo de nuestro corazón, escribamos un compromiso concreto que responda a algún deseo que me haya surgido o que intuyo que puedo tener.
Quizás pasar más tiempo con mis abuelos, empezar un voluntariado, hablar con cariño a los que están en la calle, pasar más tiempo con el Señor, comprometerme más en la vida de mi parroquia...
Nos pondremos ante el Señor para rezarlo y ofrecerlo (quien quiera lo puede decir en voz alta).
MIENTRAS, ESCUCHAMOS "COLOMBIA"
Vértigo
Quiero encontrarte
Quiero contarte mis planes, hacerte reír. Quiero maravillarme
Quiero saber mirarte en la puesta de Sol Quiero lo que Tú quieras
Quiero la fuerza que tienes para conquistar.
Y a veces tengo vértigo,
no consigo apreciar
que sobran las palabras,
Basta con suspirar. x2
Quiero entregarme
Quiero un mar de ilusiones poder navegar
Quiero abrirte la puerta
Quiero dejar que Tú seas la luz que hay en mí
Y a veces tengo vértigo,
no consigo apreciar
que sobran las palabras,
Basta con suspirar. x2
Lerelerelerelere
lerelerelere
que sobran las palabras,
Basta con suspirar x2
Y a veces tengo vértigo,
no consigo apreciar
que sobran las palabras,
Basta con suspirar. x2
Padre Nuestro
Oración final
Señor, cuando tenga hambre,
dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed,
dame alguien que precise agua;
Cuando sienta frío,
dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra,
dame alguien que necesita consuelo;
Cuando mi cruz parezca pesada,
déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre,
pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo,
dame alguien que precise de mis minutos;
Cuando sufra humillación,
dame ocasión para elogiar a alguien;
Cuando esté desanimado,
dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan,
dame alguien que necesite de mi comprensión;
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí,
dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mí mismo,
vuelve mi atención hacia otra persona.
Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
Dales, a través de nuestras manos,
no sólo el pan de cada día, también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo.
Madre Teresa de Calcuta
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
Amén.
Oración de la mañana:
domingo 16 juliio
Todo (HKN)
Padre pon tu Espíritu sobre mí,
aquí estoy, aquí me tienes.
Gracias por la vida,
Que la viva siendo todo yo
Que la viva siendo todo yo.
Todo libre, todo entregado,
todo Tú, todo dado,
todo alegre, todo amante,
todo amado, todo arrodillado,
todo hijo, todo hermano,
todo padre, todo disfrutón,
todo mariano, todos por todos,
que viva todo, con toda el alma.
Introducción
Hoy es el último día de la Experiencia Hospitalaria, y como todas las mañanas iniciamos con la oración en comunidad. En esto bebemos de la experiencia de los Hermanos y las Hermanas Hospitalarias, que viven, sirven y oran en comunidad.
Ojalá que este sencillo hábito de empezar y terminar el día en presencia del Señor, lo podamos llevar o mantener en nuestro día a día, de la manera que nos lo pida el corazón a cada uno.
Salmo adaptado
Antífona: Nada nos separará, nada nos separará. Nada nos separará, del amor de Dios.
Ser como un grano de trigo, pequeña semilla,
que guarda en su interior la posibilidad de ser pan,
para ofrecerse, sencillo, cotidiano,
a todo el que lo necesite.
Tu nos llamas a ser semilla, Señor.
Y la semilla, que está llena de vitalidad y potencial,
debe morir a ser semilla
para convertirse en planta y crecer.
Tu vida nos muestra
que es posible morir para vivir.
Entregar todo para ser para los demás...
Pura ofrenda y donación.
Enséñanos, Señor, a entregar nuestra vida
al servicio del Evangelio y de la vida de los otros.
Enséñanos a ser semilla
para dar frutos en abundancia.
Señor, tu vida nos muestra
que la mejor tierra es la realidad de todos los días
y las necesidades de los otros.
Nos llamas a plantar nuestra semilla
en las situaciones que vivimos,
en la vida que compartimos,
en la tierra de hoy, aquí y ahora.
Queremos ser semilla de cambio y Reino
en el mundo que vivimos,
¡ayúdanos Señor!
Tu ejemplo nos enseña que el agua verdadera
es la que nace de la Palabra,
pozo de agua viva ofrecida para todos.
Enséñanos, Señor, a regar nuestras semillas con tu Palabra.
Ayúdanos a conocerla, muéstranos cómo saborear su mensaje,
para que impregne nuestra existencia y que empape nuestro caminar.
Queremos ser semillas de cambio y Reino;
y necesitamos ser fecundados
por tu Palabra. ¡Ayúdanos Señor!
(Ecos del Salmo y Gloria)
Antífona: Nada nos separará, nada nos separará. Nada nos separará, del amor de Dios.
Evangelio:
Mt 13, 1-9
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas:
-«Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.
Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.
Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron.
El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta.
El que tenga oídos que oiga.»
Alma misionera
Señor, toma mi vida nueva
antes de que la espera
desgaste años en mí.
Estoy dispuesto a lo que quieras
no importa lo que sea
Tú llámame a servir.
LLÉVAME DONDE LOS HOMBRES
NECESITEN TU PALABRA
NECESITEN MIS GANAS DE VIVIR.
DONDE FALTE LA ESPERANZA
DONDE FALTE LA ALEGRÍA
SIMPLEMENTE POR NO SABER DE TÍ.
Te doy mi corazón sincero,
para gritar sin miedo
lo hermoso que es tu amor,
Señor, tengo alma misionera,
condúceme a la tierra
que tenga sed de ti.
LLÉVAME DONDE LOS HOMBRES...
Y así, en marcha iré cantando,
por pueblos predicando
tu grandeza Señor.
Tendré mis manos sin cansancio,
tu historia entre mis labios,
tu fuerza en la oración
LLÉVAME DONDE LOS HOMBRES...
Oración final
Señor, Jesucristo, Pastor bueno,
tú que sabes cómo llegar al corazón del hombre,
abre la mente y el corazón de los que buscan y esperan
una palabra de verdad para su vida;
hazles sentir que sólo en ti pueden encontrar plena luz;
da valor a los que saben dónde encontrar la verdad,
pero temen que tu llamada sea demasiado exigente;
sacude el alma de los que quieran seguirte en la vida religiosa, en el matrimonio y, sobre todo, en la santidad,
pero no saben vencer las dudas y los miedos,
y acaban por escuchar otras voces.
Tú, que eres la Palabra que ilumina y sostiene los corazones, suscita en aquellos a quienes llamas valor para dar la respuesta de amor:
«¡Heme aquí, envíame!»
Salmo adaptado
Antífona: Tu fidelidad es grande, tu fidelidad, incomparable es. Nadie como tú, bendito Dios. Grande es tu fidelidad.
Hoy el dolor es real
en mi cuerpo y en mi espíritu.
Hoy mi herida quiere invadirme,
llenar mi corazón de cansada pesadumbre,
arrinconar todo mi cuerpo.
Este soy yo: un herido.
Acojo toda mi historia de lucha.
Amo a las personas que me hirieron
y me reposo con toda mi ambigüedad
que fue tejiendo sus trampas
en mi profundo secreto.
Soy amado por ti, Dios de la vida.
Y quieres que viva en mí
todo lo que tú has sembrado.
Con este día que amanece
quiero girar mis ojos
hacia el sol que se levanta
despertando los colores
y rumor de pasos en todos los senderos.
Que la paz del alba
recorra como agua viva
los laberintos de mi secreto.
Ahora, no mañana.
Ahora te dejo amanecer y recrearme.
No importa el dolor que nos quede.
Quiero unirme a ti en la búsqueda de la vida,
arriesgarme contigo en la apuesta del camino,
permanecer junto a ti en la paciencia, sumergido.
Más allá de lo que logre descifrar mi secreto,
todo mi misterio está dentro del nido de tus manos,
como una paloma confiada y asustada al mismo tiempo,
la hora precisa de ser lanzada al aire
para que cree el vuelo, juegue y viva.
Empieza a volar el día.
Aroma de café temprano,
llanto de niños,
saludos breves y estrenados.
Con toda la creación,
amanecen a mis primeros pasos.
Antífona: Tu fidelidad es grande, tu fidelidad, incomparable es. Nadie como tú, bendito Dios. Grande es tu fidelidad.
Salmo adaptado
Antífona: Ven, Amor de Dios, inunda mi alma. Ven a mí, con fuerza y poder. Ven, Amor de Dios.
Necesitamos caminar con la confianza de los niños,
poniendo nuestra vida en manos de Dios.
Dejarnos atrapar por Dios es complicarnos la vida,
cambiar nuestro rumbo, estar abiertos a ver la vida con otros ojos.
Cuando las redes se nos llenan y la vida llega en abundancia,
Tú está abriendo nuestro horizonte;
somos capaces de reconocer tu presencia y saltar al agua sin nada encima.
A la hora de comer, preparada la mesa,
Tú bendices la comida y, mientras compartimos y miramos,
todos sabemos que eres el amigo de siempre.
Cuando tomas la palabra y nos preguntas,
en público o en privado, si te amamos,
Tú sabes que te queremos; y, aunque nos lleves a donde no nos gusta,
extendemos nuestras manos para agarrar las tuyas.
(Ecos del Salmo y Gloria)
Antífona: Ven, Amor de Dios, inunda mi alma. Ven a mí, con fuerza y poder. Ven, Amor de Dios.
Salmo: Pobre Dios
Antífona: El amor no dice basta. Amor y más amor, que nunca dice basta.
Ojalá, Señor, te llegue mi voz.
Aquí estoy.
Sin grandes palabras que decir.
Sin grandes obras que ofrecer.
Sin grandes gestos que hacer.
Solo aquí. Solo. Contigo.
Recibiré aquello que quieras darme:
luz o sombra. Canto o silencio.
Esperanza o frío. Suerte o adversidad.
Alegría o zozobra. Calma o tormenta.
Y lo recibiré sereno,
con un corazón sosegado,
porque sé que tú, mi Dios,
también eres un Dios pobre.
Un Dios a veces solo.
Un Dios que no exige, sino que invita.
Que no fuerza, sino que espera.
Que no obliga, sino que ama.
Y lo mismo haré en mi mundo,
con mis gentes, con mi vida:
aceptar lo que venga como un regalo.
Eliminar de mi diccionario la exigencia.
Subrayar el verbo 'dar'.
Preguntar a menudo: «¿Qué necesitas?»
«¿Qué puedo hacer por ti?»,
y decir pocas veces «quiero» o «dame».
Y así sigo, Dios: Aquí,
sin más, en soledad.
En silencio.
Contigo, mi Dios pobre.
José María Rodríguez Olaizola, sj
Antífona: El amor no dice basta. Amor y más amor, que nunca dice basta.
Oración final: Jesús en quien creo
Creo en el Jesús humano humilde niño de Nazaret,
que entre olor a madera y dulzura filial
supo descubrir el amor del Padre a la humanidad.
Amor que despertó su vida,
en el amanecer del Reino que llegaba,
al descubrir en cada hombre y mujer
la grandeza del Dios encarnado.
Es mi Cristo de pies morados de tanto pasar frío;
pero que a la vez están rojos de la pasión andada
por el hombre y sus caminos.
Es Jesús de silencios; de sintonía con el Padre.
Rostro que hoy se repite,
en todas las gentes del mundo;
pues mi Cristo, es universal.
Rostro que hoy siento y veo desfigurado como aquel día en la cruz.
Es mi Cristo en el llanto del niño abandonado.
En los ojos clavados, del emigrante en el mar.
En la voz femenina que aclama como María,
su Magníficat de Justicia e Igualdad.
O los surcos abiertos del obrero, esperando su jornal.
Este es mi Jesús.
Eso y más es su identidad;
porque en cinco letras cabe todo un hombre y mucho más.
Dios silente y escondido,
como plegaria suave al mar;
que te invita a entregarte a su ritmo;
que te atrapa en libertad.
Que solo espera, a que tomes tu cruz,
para hacerte resucitar.
Tu misericordia
El día al día le pasa su mensaje,
la noche a la noche se lo susurra.
Tu misericordia, Señor, llena la tierra,
úsame para llevarla a cada rincón.
Llevaré tu misericordia a la universidad
y entraré en el corazón de cada amigo,
y con la fuerza del espíritu diré
La misericordia
ha entrado en esta casa
La misericordia
ha entrado en esta casa
Levántate y anda.
Llevaré tu misericordia a la universidad
y entraré en el corazón de cada amigo,
y con la fuerza del espíritu diré
La misericordia
ha entrado en esta casa
La misericordia
ha entrado en esta casa
Levántate y anda.
Dame bendición para cualquiera.
No me importa sangrar,
solo quiero que
de tu amor sin límites,
que tu ser nos sane.
Úsame para traer
hoy tu ternura.
Que mis ojos vean todo belleza,
descubriendo, el rostro de cada uno.
Que mis oídos escuchen los gritos
mudos del prójimo.
Que mi boca, manos y pies
transmitan tu ternura.
Y que mi corazón
sienta en carne viva ,
sienta en carne viva,
sienta en carne viva.
La misericordia
ha entrado en esta casa
La misericordia
ha entrado en esta casa
Levántate y anda.